Redes Sociales

Tecno

Una ONG sugirió utilizar la Inteligencia Artificial para mejorar el sistema judicial

Una ONG vinculada con las políticas públicas propuso aplicar la Inteligencia Artificial (IA) para  solucionar los principales problemas que afronta el sistema judicial argentino.

FUNDAR, una organización que se dedica “al estudio, la investigación y el diseño de políticas públicas con foco en el desarrollo de una Argentina sustentable e inclusiva”, consideró que la IA  sería más eficaz para descomprimir la cantidad de causas en los juzgados, sistematizar la tramitación de expediente y acortar los tiempos de duración de los procesos.

“La digitalización de los procesos judiciales permite una mayor eficiencia, rapidez y precisión en la tramitación de los casos. Además, la tecnología contribuiría a un mayor acceso a la justicia para la ciudadanía, porque les permitiría realizar trámites y acceder a servicios y recursos de manera más simple y ágil que los tradicionales procedimientos escritos, formales y presenciales”, sostiene el trabajo.

Con el título “Transformación digital en el sistema de justicia.  Oportunidades para una justicia rápida, accesible y transparente”, el trabajo asegura que la “transformación digital también admite una mayor transparencia en el sistema, ya que los datos están disponibles de manera más fácil y accesible para la sociedad, ayudando a garantizar la confianza en el sistema”.

El reporte relativiza las soluciones que proponen más cargos, juzgados y fiscalías en todo el país.

“Se propuso un sinnúmero de reformas institucionales centradas en la cantidad y composición de las dependencias judiciales y sus órganos de gobierno. Sin embargo, más que en diagnósticos de necesidades fundadas en concretas evidencias para la mejora de la política pública, la mayoría se basó en demandas corporativas o reparto de poder”, refuta el trabajo.

“Los sistemas de inteligencia artificial, usados de manera responsable, permitirían analizar grandes cantidades de datos relacionados con los casos (como informes de investigación, pruebas, certificados, registros públicos) e identificar así, patrones y tendencias”, resume la propuesta.

Fuente: MediosYEstrategias

Salud

¿Los stickers son la nueva expresión del bullying?: su impacto en la salud mental infantil

En la cultura digital, los stickers se han convertido en una forma popular de comunicación y expresión entre niños y adolescentes en chats como WhatsApp y otras redes sociales. Sin embargo, algunos de estos stickers naturalizan la violencia, la homofobia, la gordofobia, e incluso la violencia sexual y de género, asesinatos y suicidios, lo que tiene un impacto adverso en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.

Recientemente, el diario El País de España, publicó los resultados de un experimento con alumnas de 17 años en un colegio secundario de Madrid que analiza el impacto en su forma de relacionarse de las imágenes violentas, sexualizadas, nazis y homófobas que comparten con el celular.

Una de las chicas cuenta: “Recuerdo que pasaron uno de una niña como de un año, era una bebé, que estaba en la cama y básicamente la estaban violando... se veía a la niña desde arriba y del chico no se veía la cara”.

Como parte del proyecto, los 35 alumnos de la clase enviaron encuestas anónimas a algunos de sus amigos de fuera del colegio. Recabaron 103 respuestas, de las que se extrae que:

  • 90% colecciona stickers en sus conversaciones de WhatsApp o Telegram
  • 85% crea sus propios stickers
  • 44,3% los crea con imágenes de otras personas

A la pregunta de ¿tienes en tu colección de stickers con contenido racista, machista, homófobo, de ideología radical o violentos?, la mayoría de los adolescentes contestaron que sí, que estaban relacionados con abuso de menores y pornografía.

Es importante contar que es muy común entre los púberes y los adolescentes (también de algunos adultos) convertir en stickers fotos de compañeros, amigos, familiares, que pueden tomar de cualquier conversación y de redes sociales, sin consentimiento, y convertirla en algo “chistoso”. Muchos de estos son injuriosos y ofensivos para la persona capturada en esa imagen a la que se le agregan elementos, muchas veces para humillarla y reírse de ella.

En la encuesta mencionada y al preguntarles por alguna experiencia negativa con el uso de los stickers una de la respuesta fue, “sí, una vez me hicieron uno por mi peso”.

Estos stickers o memes sobre la imagen de una persona crean una huella digital que es casi imposible de borrar de internet. Esta temática concomitante, el compartir en medios digitales, me preocupa severamente. Puede profundizar en esta columna sobre Sharenting en este medio.

Luego de leer la nota en el medio español, comencé a pedirles a adolescentes y niños conocidos que me compartieran algunos stickers que ellos consideraban de contenido fuerte. La mayoría tenía reparos en enviármelos, les daba vergüenza, y me decían “eran muy zarpados” o frases similares. Con lo cual corroboré que eran conscientes del contenido de los mismos y sobre ellos caía una censura.

El resultado fue abrumador. Mi Whatsapp se llenó de stickers hómofobos, gordofóbicos, racistas, sexualizados, discriminatorios, hacia la discapacidad y superviolentos.

Mi conocimiento hacia el daño que pueden ejercer los stickers lo tengo desde hace años. Algunos pacientes han relatado esta forma de violencia, una nueva expresión del bullying, cuando usaron sus fotos para burlarse de ellos. El impacto, especialmente en la adolescencia, fue profundo y duradero.

Las consecuencias incluyeron una disminución de la autoestima. Si las burlas se referían a su cuerpo, los afectados intentaron ponerse a dieta de inmediato, consultar a un dentista por la forma de sus dientes, operarse, cambiar de ropa, color de cabello e incluso de colegio.

Esta forma de denigración se ha naturalizado, tanto el uso de fotos intervenidas para burlarse como el de compartir imágenes violentas y discriminatorias como si fueran graciosas.

En los últimos años, se ha observado una tendencia preocupante donde las personas se ríen de situaciones complejas como la discapacidad o la violencia sexual. Esta desensibilización y trivialización de temas graves en forma de humor puede ser extremadamente perjudicial.

Según algunos estudios recientes, la exposición repetida a contenido humorístico sobre temas serios y delicados puede llevar a la minimización del sufrimiento de las víctimas y a la normalización de actitudes insensibles, deshumanizantes y discriminatorias.

En muchos stickers se puede ver el predominio de una visión capacitista, en que las personas “capacitadas” son el parámetro en la sociedad y las personas con discapacidad o con diversidad funcional no lo son y está bien burlarse de ellas. Los stickers que se burlan de la discapacidad, la etnia, la orientación sexual, el género y distintas formas de violencia producen la naturalización del desprecio y la humillación.

La exposición constante a stickers que promueven la violencia y la discriminación influye en la percepción y comportamiento de los niños y niñas. Por ejemplo, si en WhatsApp se burlan de un niño compartiendo un sticker, esto no solo afecta a la víctima en el entorno digital, sino que también puede llevar a que los niños y niñas repitan este comportamiento en la escuela como si fuera algo normal.

Estudios recientes han demostrado que la exposición a contenido violento en redes sociales puede llevar a la normalización de la agresión. Sin embargo, la evidencia sobre intervenciones efectivas para reducir el uso de medios violentos y promover habilidades de visualización crítica es limitada.

Hace tiempo estamos preocupados por el impacto de las tecnologías digitales en el bienestar emocional de los niños y niñas, en particular en lo que respecta al miedo, la ansiedad y la depresión. Las investigaciones más recientes han abordado la naturaleza interactiva de las redes sociales y sus impactos en la ansiedad y la depresión.

Un importante cuerpo de investigación confirma la relación entre los medios digitales y la depresión. Aunque hay evidencia de que un mayor uso de los medios electrónicos está asociado con síntomas depresivos, también hay evidencia de que la naturaleza social de la comunicación digital puede aprovecharse en algunas situaciones para mejorar el estado de ánimo y promover estrategias que mejoren la salud. Pero en relación a los envíos vía chat no se han desarrollado grandes estudios y es una de las próximas tareas que deberemos emprender.

La exposición a stickers de violencia sexual y asesinatos puede tener efectos devastadores en la salud mental de los niños y niñas.

Las investigaciones han sido categóricas al respecto: la exposición a contenidos sexuales y violentos a temprana edad puede resultar en traumastrastornos de estrés postraumático y conductas sexualizadas inapropiadas. Estos contenidos no solo desensibilizan a los niños, sino que también pueden influir en su percepción de lo que es aceptable en términos de comportamiento sexual y violento.

La repetición y banalización de estos temas a través de stickers pueden llevar a la normalización de actitudes perjudiciales, desensibilizando a los niños y adolescentes y logrando hacer que perciban estas actitudes como aceptables o incluso normales.

Es fundamental que las familias, educadores y responsables de políticas tomen medidas para supervisar y educar a los niños sobre el uso responsable de las redes sociales.

Fomentar el pensamiento crítico acerca de la cultura digital, por ejemplo imprimiendo como hicieron en la escuela de Madrid y analizando el mensaje real que contienen desde la escuela, o en casa pedir que nos compartan los stickers que los incomoden o les provoquen algún sentimiento encontrado, puede ayudar a promover valores de respeto e inclusión que son esenciales para mitigar los efectos adversos de algunos contenidos.

*Sonia Almada: es Lic. en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Magíster Internacional en Derechos Humanos para la mujer y el niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO). Se especializó en infancias y juventudes en Latinoamérica (CLACSO). Fundó en 2003 la asociación civil Aralma que impulsa acciones para la erradicación de todo tipo de violencias hacia infancias y juventudes y familias. Es autora de tres libros: La niña deshilachada, Me gusta como soy y La niña del campanario.

Fuente: Infobae

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Guía completa de WhatsApp Web y WhatsApp de escritorio, ¿Cuál se adapta mejor a ti?

WhatsApp no es solo una aplicación de celulares. La plataforma tiene dos versiones para computadores, una es una app que se instala directamente en el ordenar y a la otra se puede acceder a través de un navegador. Y si bien son lo mismo en términos generales, no es así en algunos puntos específicos.

Para aquellos que no saben cuál de las dos versiones, elegir o no conocían estas alternativas, que son oficiales de Meta, creamos una guía para entender mejor amas opciones, que se enlazan con la aplicación de celulares y usarlas no requiere ningún pago.

Diferencias entre WhatsApp Web y WhatsApp de escritorio

  • WhatsApp Web:

Es una versión que se ejecuta directamente desde un navegador. La principal ventaja de WhatsApp Web es su accesibilidad inmediata: no requiere la descarga ni la instalación de ningún archivo adicional en tu computadora.

Para comenzar a usar esta aplicación, basta con ir a web.whatsapp.com y escanear un código QR con tu teléfono móvil para sincronizar tu cuenta. Este proceso es rápido y sencillo, lo que lo hace ideal para aquellos que necesitan acceder a sus conversaciones desde diferentes dispositivos o desde ordenadores que no son de su propiedad, como en entornos laborales o educativos.

Desde el punto de vista de la interfaz, WhatsApp Web presenta una disposición similar a la aplicación móvil, con la columna de chats a la izquierda y el área de chat principal a la derecha. El menú de opciones se encuentra en la parte superior izquierda de la pantalla.

En términos de funcionalidades, WhatsApp Web es bastante completa. Permite enviar mensajes, compartir archivos multimedia, crear y administrar grupos, ver perfiles de contactos, y más. Sin embargo, carece de la capacidad de realizar videollamadas y llamadas de voz directamente desde la interfaz web.

Otro aspecto a considerar es que esta versión consume recursos de RAM al estar activo como una pestaña del navegador, pero no ocupa espacio de almacenamiento significativo en tu computadora. Esto lo convierte en una opción ligera y eficiente en términos de uso de recursos, especialmente si sueles tener varias pestañas abiertas mientras trabajas en línea.

  • WhatsApp de Escritorio:

Por otro lado, WhatsApp de escritorio ofrece una experiencia más robusta y completa para aquellos que prefieren utilizar todas las funciones de la plataforma de mensajería directamente desde su computadora.

A diferencia de WhatsApp Web, esta versión requiere que descargues e instales una aplicación en tu PC, disponible tanto para Windows como para macOS a través de sus respectivas tiendas de aplicaciones o del sitio web oficial de Meta.

Para abrir la cuenta también debes escanear un código QR desde tu teléfono móvil para sincronizar y acceder a tus conversaciones desde la aplicación de escritorio. Una vez configurado, la plataforma permite enviar mensajes y archivos, además de realizar videollamadas y llamadas de voz directamente desde la aplicación.

Además de las funciones básicas de mensajería, WhatsApp de escritorio permite configurar notificaciones específicas para asegurar que no te pierdas ningún mensaje importante mientras trabajas en otras aplicaciones.

Tener WhatsApp en el computador es posible gracias a dos versiones oficiales que tienen funciones diferentes. (dpa)
Tener WhatsApp en el computador es posible gracias a dos versiones oficiales que tienen funciones diferentes. (dpa)

En términos de recursos, WhatsApp de escritorio ocupa aproximadamente 150 MB de espacio de almacenamiento en tu PC, algo pequeño en comparación con otras aplicaciones de mensajería.

Cuál de las dos es la mejor opción

La elección entre WhatsApp Web y WhatsApp de escritorio depende en gran medida de tus necesidades específicas y preferencias personales. Ambas son oficiales y tienen funciones muy parecidas, pero estos son aspectos que pueden ayudar a elegir una sobre la otra:

  • WhatsApp Web es ideal si necesitas acceder rápidamente a tus conversaciones desde cualquier computadora sin instalar software adicional. Es perfecto para entornos donde no puedes instalar programas o cuando prefieres mantener tu espacio de almacenamiento libre de aplicaciones adicionales.
  • WhatsApp de escritorio es la opción preferida si utilizas activamente WhatsApp para realizar videollamadas y llamadas de voz desde tu PC. Además, ofrece una integración más completa con notificaciones específicas y una experiencia de usuario más fluida y dedicada.

Fuente: Infobae

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Datos que nunca debes compartir en internet: fotos de niños, documentos y mucho más

Para cuidar tu ciberseguridad debes mantener oculta información personal en redes sociales y correo electrónico

El primer sistema de seguridad somos nosotros mismos y la conciencia que tengamos de cómo usamos internet, las redes sociales y el correo electrónico. Aunque tengamos el mejor software antivirus y dispositivos con alto rango de protección, la responsabilidad de los datos cae principalmente en nosotros y es importante entender qué tipo de información nunca debemos compartir.

El Instituto Nacional de Ciberseguridad de España publicó una serie de recomendaciones que sirven para los usuarios en todo el mundo, destacando siete tipos de información personal que nunca se deben entregar en línea, ya que son datos que nos exponen a situaciones de estafa, ciberacoso o suplantación.

Correo electrónico y número de teléfono

Uno de los primeros puntos es la importancia de mantener en privado tanto el correo electrónico como el número de teléfono. Estos datos son frecuentemente utilizados por ciberdelincuentes para lanzar ataques de ingeniería social, spam y phishing.

La ingeniería social es una técnica de manipulación que explota la confianza del usuario para obtener información confidencial. Los correos electrónicos y los números de teléfono son puertas de entrada para estos ataques, ya que pueden ser usados para engañar a las personas y hacerles revelar más información sensible o para instalar software malicioso en sus dispositivos.

Dirección y ubicación en tiempo real

Publicar dónde vives o los lugares que frecuentas puede ser extremadamente peligroso. No se puede prever las intenciones de las personas que obtienen esta información. Por ejemplo, podrían usarla para planificar robos o para acosar físicamente a alguien.

Además, compartir la ubicación en tiempo real revela cuándo no estás en casa, lo cual es una información valiosa para los ladrones.

Fotografías de menores

En el caso de las fotografías de menores, se aconseja siempre tapar la cara de los niños de algún modo, como usando emojis . Esto es fundamental para proteger la identidad y la privacidad de los menores, quienes son especialmente vulnerables en el entorno digital.

Aunque los contenidos subidos a redes sociales sean inocentes y de actividades cotidianas, las imágenes o videos pueden ser usados de forma ilícita por muchos usuarios y por eso se debe cuidar la seguridad de los menores.

Fotos comprometedoras

Por otro lado, compartir fotos íntimas o de contenido sexual puede tener consecuencias muy graves, como la sextorsión y el ciberacoso. La sextorsión implica chantaje con imágenes o videos comprometedores, mientras que el ciberacoso puede llevar a situaciones de acoso constante y amenazas.

Una vez que estas imágenes están en internet, es casi imposible eliminarlas por completo, lo que puede llevar a un impacto duradero en la vida personal y profesional de la víctima.

Documentos con datos personales

Los documentos que contienen datos personales, como el DNI, el carnet de conducir, un contrato de trabajo o el número de una cuenta bancaria, también deben ser protegidos con extremo cuidado. Los ciberdelincuentes pueden utilizar esta información para usurpar la identidad de una persona y realizar actividades fraudulentas en su nombre.

Esto puede incluir desde la apertura de cuentas bancarias hasta la solicitud de préstamos, causando un daño financiero y reputacional a la víctima.

Opiniones, quejas y comentarios comprometedores

Este tipo de publicaciones pueden llegar a personas que se sientan ofendidas y que podrían reaccionar de manera negativa. En el peor de los casos, los comentarios malinterpretados o incendiarios pueden llevar a amenazas, acoso o incluso a acciones legales.

La clave es pensar antes de publicar y considerar el impacto potencial de nuestras palabras en otras personas.

Conversaciones privadas

Divulgar chats con otra persona sin su consentimiento no solo es una violación de la privacidad, sino que en algunos casos puede constituir un delito. Las conversaciones privadas pueden contener información sensible que, si se hace pública, puede causar daño emocional, social o profesional a las partes involucradas. Es crucial respetar la confidencialidad de las comunicaciones personales y no difundirlas sin permiso explícito.

Fuente: Infobae

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