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Condenaron a prisión al hombre que le tiró una botella a Javier Milei

La Justicia condenó a Gastón Ariel Mercanzini, el hombre que le arrojó una botella al presidente Javier Milei en el día de su asunción, fue condenado a tres años y medio de prisión a través del mecanismo de juicio abreviado.
La jueza María Eugenia Capuchetti homologó el acuerdo hecho por Mercanzini con la fiscalía y dispuso una pena de un año y medio por el botellazo y una unificada de tres y medio por otra causa anterior. El acusado tenía un acuerdo con el fiscal Carlos Rívolo por la pena.
Mercanzini estaba detenido por un hecho de violencia de género y pactó la pena. Está actualmente detenido en el penal de Marcos Paz. Por la agresión con la botella, Mercanzini fue condenado por lesiones leves agravadas ya que hirió al personal de seguridad que acompañaba a Milei.
El objeto no le alcanzó a Milei pero sí a uno de los custodios que estaba junto al vehículo descapotable en el que se dirigía el mandatario desde el Congreso a la Casa Rosada.
Fuente: DataChaco

Nacionales
La historia de la heladería más antigua de Buenos Aires y el gusto que volvía loco a Carlos Gardel

Con 115 años cumplidos a fines de 2024, Saverio es la heladería en funcionamiento continuo más antigua de la Ciudad de Buenos Aires, un ícono de San Cristóbal que tuvo como cliente a ni más ni menos que Carlos Gardel, que, aseguran, se volvía loco por su helado de limón.
Esta historia comenzó en 1909, cuando Francesco Saverio Manso, recién llegado desde Salerno, en el sur de Italia comenzó a elaborar helados en su casa de la avenida San Juan como un rito familiar, para agasajar a su esposa, sus dos hijos y los amigos de paso.
“Su papá le había enseñado a hacer helado con el método ‘uso napoli’, con productos frescos, una base de agua y azúcar y batidoras manuales a las que se les ponía hielo abajo. Él hacía helado para los suyos, como uno hace asado o una torta. Pero eran tan ricos que los amigos y los vecinos le decían ‘¿Por qué no lo vendés? Y así surgió Saverio, no como un negocio, sino como un acto de amor, de entrega, de Saverio Manso a su familia“, contó a TN Rodrigo de Rossi, quién compró la marca a la familia en 1995.
El inmigrante acondicionó su casa de la avenida San Juan al 2700 y la convirtió en un local. En poco tiempo los helados de Saverio se volvieron muy famosos. El local era entonces la segunda heladería de Buenos Aires, nacida pocos meses después de la ya desaparecida El Vesuvio.
El sabor que le gustaba a Carlos Gardel
Entre sus clientes, figuraba Carlos Gardel, del que el poeta, letrista y compositor Enrique Cadícamo aseguró en sus memorias que era fanático de su helado de limón.
“Una noche el cantor nos manda a su chofer, El aviador, que en un flamante convertible Chrysler que había traído de París en su último viaje, nos lleva a la famosa heladería Saverio, donde él acostumbraba a ir”, escribió el letrista.
“Lo hallamos en una de las mesas de la vereda con Razzano. Nos recibió sonriente y afectuoso recomendándonos de entrada ‘los de limón’”, relató Cadícamo. “Durante el tiempo que estuvimos conversando, Gardel no dejó en un solo momento de comer helado tras helado”, sostuvo.
Francesco murió joven y fue su hijo, Antonio, quien se hizo cargo del negocio con poco más de 20 años. “Él compró un predio a una cuadra de la casa donde estaban, muy grande y hace el local que tuvimos hasta el 2019 que era enorme: 10 metros de frente, 50 de fondo con un patio, un sótano. Y así ce convirtió en la heladería más emblemática de Buenos Aires, la líder durante muchos años del helado artesanal”, sostuvo De Rossi.
Según destacó el empresario, Saverio “fue la primera heladería en abrir todo el año”, cuando entonces lo normal era abrir solo en “los seis meses de calor y luego irse a Europa o atender otros negocios”.
Entre los sabores icónicos de Saverio está el sambayón, que “sigue siendo el más vendido” de la tradicional heladería. “Es único, porque más que un helado de sambayón, es un sambayón helado”, sostuvo De Rossi. ¿El secreto? “Es casi todo huevo, mucha yema, mucha crema”.
Pero debido al recambio generacional de la clientela, “el dulce de leche granizado le saca el primer puesto, a veces” apuntó De Rossi.
Otros clásicos de la marca son el “chocolate con almendras, el chocolate amargo, el chocolate al Cointreau y la crema chantilly, que es un semifrío más que un helado”. Y también hay sabores “que se ganaron los primeros lugares como mascarpone con frambuesa, banana split, tramontana, pistacho, mousse de maracuyá, y los frutales que suben en verano como el limón al agua o la frutilla”.
Pese al éxito, la heladería conoció una fuerte crisis en los 90, momento en que De Rossi, un economista con experiencia en empresas como la multinacional Nestlé, decidió comprar tras hacerles una asesoría. “Me pareció que era un negocio interesante”, dijo.
“Antonio logró hacer crecer mucho el negocio, pero tenía una manera de manejarse muy paternalista. Se encerraba en una oficinita con la caja fuerte. Le faltó adaptarse a los cambios, profesionalizar el negocio”, contó de Rossi.
“Su mayor error fue meterse en un negocio mayorista para restaurantes, confiterías, aerolíneas, con casi 400 clientes. El helado era excelente, pero lo vendía tan barato que no cubría los costos de fabricación”, sostuvo.
Mientras iba limpiando las deudas de la empresa, Rossi decidió renovar toda la tecnología con máquinas de primer nivel importadas de Italia y contrató a un maestro heladero italiano, Pino Scaringella, para “modernizar y balancear todas las fórmulas, conservar su esencia pero mejorarlas”.
“Cuando hicimos la reestructuración, había 70 sabores, era una locura. Lo bajamos a 42, y así seguimos siendo una de las heladerías que más gustos tiene”, sostuvo.
“La característica de Saverio, es que son helados cuya naturalidad es absoluta. Es decir, en el limón el 35% es limón. El el de naranja, el 50% es naranja. En el de frutilla, el 40% frutilla. Entonces, no le tenés que poner ni color ni saborizante. El de dulce de leche tiene dulce leche. El de chocolate está hecho con cobertura de chocolate amargo 100% de primera calidad, no está hecho con cacao. Para el pistacho, usamos una pasta italiana de pistacho, que es costosísima, pero preferimos hacerlo así”, sostuvo De Rossi.
La marca ofrece además una línea de 11 postres helados, que si bien se venden todo el año, y representan casi el 20% de la facturación, tienen tres grandes picos de venta: “el Día de la Madre, Las Fiestas y el Año Nuevo judío”.
Las copas heladas son también un clásico entre quienes se acercan a comer al local. “La de banana split es para compartir, porque es enorme”, advirtió De Rossi. El empresario sumó además café italiano, batidos y algunas propuestas saladas para ampliar la carta.
En 2019, la heladería se mudó a San Juan 2809, donde, desde fines de noviembre, De Rossi exhibe con orgullo una placa que da cuenta de los 115 años de historia de Saverio. “Una trayectoria tan extensa es muy difícil en cualquier lugar del mundo. En la Argentina, ni hablar”, cerró De Rossi con emoción.
Fuente: TN
Nacionales
Es jubilado, hace jueguitos en Villa Fiorito y puede caminar hasta siete cuadras sin que se le caiga la pelota

Cada mañana, Carlos Zacarías recorre las calles de Villa Fiorito con su pelota, haciendo jueguitos, como si estuviera siguiendo las huellas de Maradona. Su reto, sin embargo, no es solo físico: es una declaración de amor al fútbol y a una época dorada del deporte que, con la muerte del mejor futbolista de todos los tiempos, dejó un vacío en muchos corazones.
Carlos nació hace 70 años en Chaco. Desde que se jubiló, sus días transcurren entre su casa en Rosario, provincia de Santa Fe, y la de su hermano Julio, ubicada en Villa Fiorito, a tan solo 400 metros de Azamor 523, el hogar en el que nació y creció Maradona.
Sin saberlo, Carlos se convirtió en una figura peculiar del barrio. Conmovido e inspirado por la partida de su ídolo, decidió iniciar un desafío personal que lo lleva a caminar por las calles haciendo jueguitos con la pelota, en una suerte de homenaje, con la singularidad de que nunca se le cae.
“El fútbol es concentración. Yo me concentro y me olvido de todo. Tiene que salir bien”, dijo Carlos a TN. Su técnica para mantener la pelota en el aire sin que caiga está basada en la calma, la cual lo llevó a dominar el arte de hacer jueguitos. “Lo más asombroso es que puedo caminar hasta siete cuadras seguidas sin que la pelota toque el suelo”, expresó.
Cada mañana, Carlos se levanta a las 6 para hacer gimnasia. Tras algunos ejercicios en los que incluye musculación y elongación, toma la pelota y se pone a hacer jueguitos. “Al principio, lo más difícil era llevarla con la cabeza. Pero con práctica todo se puede. Empecé con un solo pie y al poco tiempo me acostumbré a dominar la pelota con los dos”, indicó.
Con el correr de los meses, su homenaje al 10 trascendió el desafío personal y lo puso como protagonista de una misión diaria que no solo lo mantiene activo, sino que lo conecta con el alma del barrio, las raíces del fútbol y con la memoria de un hombre que cambió para siempre la historia del fútbol en el mundo.
“Siempre me tengo fe”, precisó Carlos, que se jacta de no haber tomado alcohol ni fumado cigarrillos a lo largo de su vida. “Llegué a los 70 años sin tomar ninguna pastilla, estoy bárbaro”, contó.
Carlos aconsejó hacer jueguitos sin pensarlo como un desafío físico: para él es una prueba constante de concentración y fe en sus propios límites. “La práctica y el creer que podía hacerlo fueron mis pilares. Hay que entrenar y tener fe”, agregó.
”Maradona es mi vida, así que no me costó lograrlo”, narró Carlos, que a veces cambia su recorrido y va al Club Estrellas Unidas de Fiorito, en el que Maradona pateó por primera vez una pelota: “Doy varias vueltas por la cancha sin que se me caiga la pelota. Eso me llena de orgullo, porque es la cancha del más grande”.
Julio, su hermano, expresó su admiración por Carlos y contó que está buscando que alguien le done un audífono para que pueda mejorar su capacidad de escucha, la cual empeoró con el correr de los años.
Carlos, con su sonrisa, entrega día tras día una lección de perseverancia y amor. Con él, el espíritu de Diego sigue vivo en su barrio, observándolo desde cada mural que embellece Villa Fiorito: “Si me dan una pelota, yo soy feliz”.
Fuente: TN
Nacionales
Un argentino fue seleccionado para un torneo en EEUU por tratar sin violencia a los caballos: “Es un hito”

En un mundo hiperconectado, donde la Inteligencia Artificial gana terreno y las pantallas ya conquistaron todos los ámbitos, hablar de un universo donde prevalece “la esencia del ser”, “la desnudez del alma”, o “la integridad que delata la mirada”, parece una distopía.
Sin embargo, esos conceptos que Cristóbal Scarpati difunde desde hace mucho tiempo en su chacra ubicada en la provincia San Luis, le abrieron la tranquera al mundo, y en marzo tendrá la posibilidad de hacer historia: se convertirá en el primer argentino en participar de un campeonato mundial donde “gana el que mejor trata al caballo, sin usar ningún tipo de violencia”.
“No eligen solo a un buen domador, sino a alguien íntegro”
“Esta es una puerta para futuros domadores de la Argentina, en 24 años nunca había habido un representante del país. Es un torneo que evoca lo mejor de las personas y de los caballos, donde se muestra qué se puede hacer a partir de una relación amigable y respetuosa”, explicó en diálogo con TN.
El referente de la doma india destacó que “en Estados Unidos aún hay signos de barbarie y brutalidad”, pero “también una evolución en el trato con los caballos que lograron capitalizar”.
“El último campéon estuvo en mi casa y absorbió secretos que usó después magistralmente. Esta posibilidad me llega en un buen momento; me siento tranquilo y contento de haber hecho mi camino derecho y por lo sano, porque no eligen solo a un buen domador, sino a alguien íntegro en todos los planos de su vida”, contó Scarpati.
“Ya no hay una ignorancia heredada, hay una generación más sensible”
Cristóbal definió como “honorable” al mundo de los caballos y aseguró que “no es algo declamatorio, sino una actitud personal del día a día”. “Históricamente, el hombre tuvo que ser violento, pero ahora el contexto cambió. Ya no hay una ignorancia heredada, hay una generación más sensible que no vincula el amor o la ternura con la debilidad”, reflexionó.
Si bien Scarpati está contento por haber sido elegido por sus “propias cualidades”, lo enorgullece que la familia se destaque como valor en esa selección. “Mi mujer Flor me va a asistir y es mi coach. Esto es muy poético para mí, porque fui ´el hijo de Oscar´ durante mucho tiempo, y poder compartirlo con ella es un gran acto de justicia, su trabajo no va a estar en la sombra”, afirmó.
Más allá del resultado del torneo que se hará en marzo, el referente de la doma india entiende que su participación “es la cosecha de un esfuerzo invisible” que estuvieron haciendo durante años. “Esto es en favor de los caballos, una oportunidad para amplificar el mensaje de amor hacia ellos. Porque no importa la especie o la cultura que son cuestiones más mentales, la esencia no entiende de categorías. Yo puedo sentirlos, es mimética y sueño con poder hacer más”, concluyó.
Qué es “Road to the Horse”
El campeonato mundial de iniciación de potros, también conocido como Road to the Horse (El camino del caballo), se celebra desde hace 24 años, en el estadio Alltech Arena en Kentucky Horse Park, en Estados Unidos.
Este evento convoca a reconocidas personalidades de la industria del caballo de ese país y del mundo. Si bien se considera una competencia, el espíritu es abrir caminos a la evolución del horsemanship (habilidad en la doma sin violencia).
Un jurado de expertos juzga cada acción y su respectivo resultado, poniendo énfasis en el buen trato hacia el caballo y la seguridad de las personas.
El campeonato tiene raíces en la cultura y la industria Western, y por eso los caballos son cuarto de milla. Las herramientas como monturas, lazos y vestimenta evocan la tradición cowboy.
Fuente: TN