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Alerta por un falso mensaje de Whatsapp que advierte sobre una ola de robos de niños

Se trata de una cadena enviada por un supuesto preso. En el mensaje advierte que los nenes serán secuestrados para pedir rescate.

Las advertencias que circulan por WhatsApp no paran: peor aún, parecen llegar cada vez con más elementos que nos hacen dudar en su veracidad. Ante la duda, muchos comparten. Y ahí comienza a generarse una bola de nieve que en varios casos produce pánico.

Esta vez la última cadena falsa tiene que ver con un supuesto preso de la cárcel que advierte sobre una ola de robo de niños para poder cobrar rescates.

El falso mensaje

"Compañeros" ésta información la enviaron directo desde la cárcel... "Soy un Reo y les informo de Corazón que tengan mucho cuidado con sus niños. No los dejen solos en ningún momento. La orden que salió hace poco de aquí de la cárcel por parte de las bandas mayores es la de robar niños, porque ya las personas no pagan rescate por los autos, motos, ni extorsiones telefónicas, ellos dicen que por los niños si lo harán, así que no dejen a sus niños solos. No dejen que se vayan solos a la escuela ni que regresen solos a su casa. En la calle manténgalos siempre a la vista siempre agarrados de la mano. Que se viralice ésta información para que todos los padres estén pendientes y entiendan, No es un juego ni una cadena para molestar. Yo estoy pagando por cosas malas que hice en mi vida. Soy padre y amo a mis hijos y el mensaje me llegó de un alto cabecilla. Si podes.. pasa la información a todos tus contactos no lo tomes como broma, esto es muy serio, tengas o no hijos, hazlo por favor". COMPÁRTELO PORFAVOR DEBEMOS ALERTAR!!!

El falso mensaje llegó incluso hasta Uruguay y aseguran que podría viralizarse en otros países también.

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Un desafío creciente para los estudiantes: cómo organizar su tiempo y no distraerse con la tecnología

Kay Nash, una profesional en el campo del derecho en Washington, D.C., se enfrentó a una preocupación constante cuando su hijo comenzó la secundaria. Como madre, conocía bien las dificultades de organización y estudio de su hijo, diagnosticado con TDAH (Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad) y ansiedad desde que estaba en tercer grado. Aunque un tratamiento combinado de medicación y apoyo escolar lo había ayudado a transitar la primaria, los cambios y mayores exigencias de la secundaria empezaron a impactar en su rendimiento.

Con el paso a secundaria, Nash observó una carga de trabajo creciente, con más asignaturas, proyectos y tareas que aumentaba las dificultades organizativas de su hijo. Ella intuía el riesgo de caer en una dinámica en la que los recordatorios, las exigencias de cumplir con plazos y la presión por obtener buenas calificaciones se convirtieran en una fuente de conflicto constante entre ambos.

Kay no deseaba esa relación con su hijo; quería un vínculo basado en el apoyo y la motivación más que en la crítica y la supervisión constante. “No quería tener que gestionar sus deberes escolares, gritándole sobre los plazos o sobre la importancia de las buenas calificaciones”, recuerda. “Quería una relación positiva y alentadora con mi hijo”, cuenta en el artículo de The Wall Street Journal.

Determinada a ofrecerle un soporte que no se limitara a las urgencias académicas del presente, Nash decidió buscar ayuda profesional.

Una ayuda clave para el éxito escolar y la vida cotidiana

Así descubrió un recurso aún desconocido para muchas familias: los entrenadores de función ejecutiva. Este nuevo enfoque en el apoyo educativo y emocional pone énfasis en ayudar a los estudiantes a desarrollar una serie de habilidades conocidas como función ejecutiva (EF, por sus siglas en inglés), fundamentales para la organización, la planificación y la adaptación a distintas situaciones.

La función ejecutiva se basa en tres habilidades clave. Primero, la memoria de trabajo, que permite retener información a corto plazo; segundo, el control inhibitorio, que ayuda a los estudiantes a manejar impulsos y posponer gratificaciones; y finalmente, la flexibilidad cognitiva, la capacidad de adaptarse, resolver problemas, planificar y realizar múltiples tareas.

Nash encontró que los entrenadores de EF podrían ayudar a su hijo a transformar grandes tareas o proyectos en objetivos más pequeños y manejables, además de a establecer un horario diario en el que también incluyera tiempo para el ejercicio, el descanso y la socialización.

Para muchas familias, estos entrenadores han llegado a ser más que un apoyo académico: son una guía para el desarrollo de habilidades esenciales que pueden fortalecer la autoconfianza y la autosuficiencia de los estudiantes. En palabras de Brandon Slade, fundador de Untapped Learning en Denver, el interés por este tipo de entrenamiento creció significativamente.

“Muchos estudiantes hoy en día tienen dificultades con el manejo de la procrastinación y otras tareas básicas de función ejecutiva”, comenta Slade. Hace cinco años, el servicio de entrenamiento de función ejecutiva se dirigía principalmente a estudiantes con diferencias de aprendizaje como el TDAH, pero hoy, la demanda proviene de estudiantes neurotípicosdistritos escolares y hasta instituciones de educación superior y empresas.

Estudiantes y tecnología, ¿positivo o negativo?

En las últimas décadas, la tecnología modificó el entorno educativo y personal de los jóvenes, multiplicando las fuentes de distracción y haciendo más difícil que los estudiantes mantengan la concentración y el control sobre su tiempo. El uso intensivo de dispositivos digitales no sólo fragmenta su atención, también aumenta los niveles de ansiedad y estrés.

A medida que los jóvenes se ven obligados a equilibrar las exigencias académicas, las actividades deportivas, el voluntariado y el proceso de admisión universitaria, las habilidades de gestión del tiempo y priorización de tareas se vuelven cada vez más críticas.

Sin embargo, la capacidad de cumplir con estas demandas es un desafío, ya que “la tecnología está fragmentando la atención de los niños, y la vida estudiantil se volvió mucho más exigente”, señaló Slade.

Por otra parte, Grant Leibersberger, fundador de Focus Collegiate de Boston -que ofrece entrenamiento de función ejecutiva para estudiantes- también observó el impacto de la sobrecarga de opciones y actividades en los jóvenes. Para él, la variedad y cantidad de decisiones que deben tomar a diario es abrumadora: “El número de opciones disponibles para los jóvenes ha aumentado sustancialmente. Sus cerebros no están preparados para lidiar con todas estas decisiones a tan temprana edad”, comentó, subrayando cómo las demandas externas pueden superar las habilidades de organización de los adolescentes.

Este fenómeno se convirtió en un reflejo de un sistema educativo y social que, aunque promueve la multitarea y el éxito académico, dejó de lado la enseñanza de competencias fundamentales de organización, atención y manejo de la ansiedad.

Un desafío necesario en las aulas

Para Daniella Passno, subdirectora de The Browning School de Nueva York, el problema de la falta de habilidades de función ejecutiva en estudiantes es un tema urgente y evidente. Con años de experiencia en el ámbito educativo, presenció un marcado deterioro entre sus alumnos. “Estas habilidades se están perdiendo -dice-; el contexto de distracciones digitales está afectando drásticamente la capacidad de los estudiantes para gestionar sus compromisos académicos”.

La omnipresencia de la tecnología en la vida de los estudiantes es una de las causas principales del problema. Durante sus clases, Passno notó que los estudiantes, al utilizar teléfonos celulares, alternan entre aplicaciones como Spotify, redes sociales y correos electrónicos mientras intentan atender a las tareas académicas.

El resultado es un estado de distracción constante. Un informe reciente de Common Sense Media revela que los adolescentes, en promedio, reciben 237 notificaciones diarias en sus teléfonos, lo cual representa una interrupción constante que les impide concentrarse en una sola actividad durante períodos de tiempo prolongados.

Consciente de estos desafíos, Passno y su equipo de educadores implementaron un programa de entrenamiento en función ejecutiva en The Browning School. En un esfuerzo por contrarrestar la influencia negativa de las pantallas, los estudiantes de secundaria ahora toman apuntes exclusivamente en cuadernos y utilizan planificadores codificados por colores para organizar sus tareas.

Además, todos los profesores en Browning reciben capacitación en el método de Cornell Notes, una técnica de toma de apuntes que ayuda a los estudiantes a enfocarse en ideas clave y estructurar sus pensamientos en puntos concretos. Este sistema, que incluye un resumen final de las lecciones, busca no sólo mejorar el rendimiento académico, sino también fortalecer las habilidades de análisis y organización, esenciales para el éxito futuro de los estudiantes.

A su vez, muchos educadores y entrenadores de función ejecutiva comenzaron a trabajar con los estudiantes para desarrollar estrategias concretas, como bloques de tiempo sin interrupciones tecnológicas y rutinas de planificación diaria que les permitan hacer un uso más consciente de sus horas de estudio y de descanso. El objetivo es ofrecerles herramientas no sólo para enfrentar el exceso de estímulos, sino también para manejar de manera saludable las expectativas y reducir el impacto del estrés en sus vidas cotidianas.

Cuestión de clase

Aunque el entrenamiento en habilidades de función ejecutiva se convirtió en un recurso invaluable para estudiantes que luchan con problemas de organización y atención, su acceso está limitado a quienes pueden costearlo. Con precios que oscilan entre USD 125 y USD 225 por hora y sin cobertura de seguro en la mayoría de los casos, este tipo de apoyo queda fuera del alcance de muchas familias. Esta barrera económica crea una brecha de desigualdad en la educación, donde sólo un pequeño porcentaje de estudiantes -de familias con mayores recursos- pueden acceder al entrenamiento necesario para optimizar su rendimiento académico y su bienestar mental.

Fuente: Infobae

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La función de WhatsApp que debes desactivar para nunca caer en una estafa

Pese a que WhatsApp, la aplicación de mensajería de Meta, es altamente usada por brindar la capacidad de enviar diferentes archivos de forma instantánea, no está ajena a presentar riesgos en la seguridad de sus usuarios

El gigantesco volumen de tráfico en WhatsApp no ha pasado inadvertido para los estafadores y ciberdelincuentes. La capacidad de intercambiar mensajes de texto, audios, llamadas, videollamadas, videos, imágenes y archivos ha abierto nuevas oportunidades para los delitos digitales.

Los archivos maliciosos pueden ser camuflados como inofensivas imágenes o documentos, y ser enviados a través de contactos hackeados. Es por esto que presentamos cómo configurar una barrera que limite el paso de archivos maliciosos en un dispositivo.

Qué función de WhatsApp permite estafas y robos de datos privados

La descarga automática de archivos multimedia, una función predeterminada en muchos dispositivos, corre un riesgo particular en dar paso a criminales, debido a que permite la entrada de contenido potencialmente malicioso sin que el usuario se percate de ello.

Aunque WhatsApp ofrece ciertos niveles de protección, como deshabilitar la descarga automática de archivos recibidos de números desconocidos, esto no es suficiente para garantizar la seguridad de los usuarios si el remitente es un contacto conocido cuyo dispositivo ha sido comprometido.

Por ello, resulta indispensable que los usuarios adopten medidas adicionales para proteger su información confidencial y sus dispositivos.

Cómo evitar caer en una estafa o robo en WhatsApp

La acción más efectiva es desactivar la descarga automática de archivos. En dispositivos Android, este proceso es relativamente sencillo: el usuario debe acceder a “ajustes”, luego a “almacenamiento y datos”, y finalmente a “descarga automática”, donde podrá anular todas las opciones disponibles.

Para quienes utilizan dispositivos iOS, como el iPhone, el procedimiento es igualmente directo. Los usuarios deben dirigirse a “configuración”, posteriormente a “almacenamiento y datos”, y seleccionar “nunca” en cada una de las categorías de descarga automática.

Esta configuración impide la descarga involuntaria de cualquier archivo multimedia, proporcionando una capa adicional de seguridad contra archivos potencialmente dañinos.

Por qué es importante desactivar las descargas automáticas en WhatsApp

Desactivar esta función no solo evita que la galería del dispositivo se llene de archivos innecesarios, sino que también actúa como una barrera de defensa contra ciberataques y fraudes.

Estafadores suelen aprovechar cualquier vulnerabilidad disponible para infiltrarse en los dispositivos y extraer información personal o financiera. Mediante la desactivación de la descarga automática, los usuarios reducen significativamente el riesgo de sufrir tales incidentes.

Junto a estas precauciones, es fundamental que los usuarios se mantengan informados sobre las nuevas formas de estafas y malware que circulan. Constantemente surgen nuevas técnicas que los ciberdelincuentes utilizan para engañar a los usuarios y obtener acceso a sus dispositivos.

Mantener la aplicación actualizada es otro paso esencial; las actualizaciones suelen incluir mejoras de seguridad que corrigen vulnerabilidades detectadas.

Cuáles son las estafas más comunes en WhatsApp

Las estafas más comunes en WhatsApp incluyen la suplantación de identidad, donde los estafadores se hacen pasar por contactos de confianza para solicitar dinero urgentemente.

También, están los enlaces (link) fraudulentos, que llevan a sitios web de phishing diseñados para robar información personal y financiera, junto a las falsas promociones o sorteos, que prometen premios inexistentes.

Además, se han identificado esquemas de fraude en los que se ofrecen productos o servicios a precios reducidos para luego no cumplir con la entrega, aprovechándose de la confianza de los usuarios.

Otras recomendaciones para reducir el riesgo de estafa en WhatsApp

Si bien, la app implementa medidas de seguridad robustas como encriptación de extremo a extremo, la responsabilidad también recae en los usuarios para asegurarse de que están utilizando la aplicación de manera segura.

Configuraciones adecuadas, un comportamiento vigilante y una comprensión de los riesgos son claves para garantizar la seguridad en la era digital.

Es importante recordar que la prevención es la mejor defensa contra el fraude digital. Tomar medidas preventivas como desactivar la descarga automática y ser cautelosos con los archivos recibidos puede salvar a los usuarios de muchos problemas y robos.

Fuente: Infobae

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El dispositivo que debes apagar para amplificar la red WiFi en toda la casa

Desde el teletrabajo hasta el entretenimiento en streaming como Netflix, pasando por los asistente virtuales como Alexa, una conexión WiFi estable y de alta velocidad es esencial para el funcionamiento fluido de la vida diaria.

Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos en los routers y en la infraestructura de redes, muchos usuarios siguen experimentando problemas de conexión. Uno de los factores menos conocidos pero altamente impactantes en la calidad de la señal WiFi es la interferencia causada por los dispositivos equipados con USB 3.0.

Por esta razón, se explica el motivo de que estos dispositivos que parecen inofensivos, son un peligro para la velocidad de la red WiFi, y qué soluciones mejoran la señal.

Qué puede causar interferencia en una red WiFi

Cuando se piensa en problemas de conexión WiFi, lo primero que llega a la mente es la congestión en la red o la interferencia electromagnética causada por otros dispositivos electrónicos. Sin embargo, pocos consideran el impacto que pueden tener los periféricos y unidades de almacenamiento externo que operan con tecnología USB 3.0.

Estos dispositivos, que suelen encontrarse en discos duros externos, concentradores de puertos y otros accesorios informáticos, pueden generar interferencias significativas en la banda de 2.4 GHz, que es la misma frecuencia utilizada por muchos routers WiFi.

El problema radica en que el USB 3.0, aunque ofrece velocidades de transferencia de datos significativamente más rápidas que su predecesor USB 2.0, suele emitir una señal de radiofrecuencia que puede interferir con la velocidad del internet.

Este fenómeno ocurre porque ambos, el USB 3.0 y la WiFi de 2.4 GHz, operan en un rango de frecuencias similares. Como resultado, la interferencia puede manifestarse en forma de latencia, caídas de conexión y, en general, un rendimiento deficiente del WiFi.

En qué momentos se puede presentar mayor interferencia en el WiFi

Las consecuencias de esta interferencia son más notorias en hogares donde la conectividad es crucial. Durante la pandemia, con el auge del teletrabajo y la educación a distancia, la demanda de una conexión WiFi estable se incrementó.

Para aquellos que dependen del internet para videoconferencias, transferencias de archivos pesados o simplemente para navegar en la web, las interrupciones causadas por un disco duro externo conectado a un puerto USB 3.0 pueden resultar frustrantes y constantes.

Además, los hogares modernos están cada vez más equipados con dispositivos inteligentes, desde termostatos hasta cámaras de seguridad y robots aspiradores, que dependen de una conexión WiFi para funcionar correctamente. La interferencia puede causar fallos en estos sistemas, afectando no solo la comodidad sino también la seguridad.

Cómo evitar interferencias en la red WiFi

Existen varias soluciones para mitigar el impacto de la interferencia del USB 3.0 en la señal WiFi. La primera y más sencilla es desconectar cualquier dispositivo USB 3.0 cuando no esté en uso.

Aunque esto puede parecer una medida básica, varios usuarios que mantienen sus discos duros externos conectados constantemente, sin darse cuenta del impacto negativo que esto puede tener en su conexión a internet.

Otra solución es cambiar los dispositivos conectados a la banda de 5 GHz, que no sufre las mismas interferencias que la banda de 2.4 GHz. No obstante, este cambio tiene sus limitaciones, porque no todos los dispositivos electrónicos son compatibles con la banda de 5 GHz.

Los dispositivos más antiguos o más económicos en la mayoría de las veces están limitados a la banda de 2.4 GHz, lo que significa que la interferencia del USB 3.0 seguirá siendo un problema para muchos usuarios. Para aquellos que no pueden cambiar a la banda de 5 GHz, otra opción es utilizar un cable de extensión para el dispositivo que genera interferencia.

Fuente: Infobae

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