CÓMO PREVENIR GOLPES DE CALOR EN LOS ABUELOS

Llega el verano y con las altas temperaturas, aumentan los riesgos para la salud asociados a la exposición al sol y a los fuertes calores. Si bien los golpes de calor pueden afectar a todas las personas, en mayores de 65 años el riesgo es mayor, ya que en el proceso de envejecimiento disminuye la proporción de agua en el organismo. Por esta razón, desde la Facultad de Medicina de la Fundación Barceló brindan algunos consejos para prevenirlos.
Con el paso de los años se reduce la sensación de calor, por lo tanto, las personas mayores no perciben las altas temperaturas. Esto provoca que no tomen las precauciones que deberían. Si bien sentirse débil y agotado son características propias de la mayoría de los ancianos, es importante no pasarlas por alto ya que también pueden ser señales del golpe de calor.
Los síntomas más frecuentes son: sudoración excesiva, mareos, desmayos, sequedad en la boca, cansancio, pérdida de apetito, dolor de cabeza, dolor de estómago, estado de confusión, agitación, calambres musculares, vértigo, vómitos, piel seca y temperatura mayor a 39º C.
RECOMENDACIONES DE FUNDACIÓN BARCELÓ PARA PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR
Vestirse con ropa liviana de algodón y evitar usar colores oscuros que atraigan el sol.
Tomar mucho líquido aunque no tenga sed. Intentar tomar diariamente 2 litros de agua.
Ingerir comidas ligeras.
Mantener la casa fresca con cortinas o persianas para evitar el calor solar con cortinas o persianas para evitar el calor solar.
Evitar la exposición directa al sol entre las 12 y las 17. En caso de estar al aire libre, utilizar un sombrero o buscar cobijo en algún lugar con sombra.
Evitar las bebidas alcohólicas y las azucaradas.
En caso de realizar ejercicio físico hacerlo temprano en la mañana o bien, terminando el día, que las temperaturas son más óptimas.
No permanecer durante mucho tiempo en vehículos cerrados.
En caso de sufrir un golpe de calor es fundamental actuar de manera rápida. Lo primero que hay que hacer es bajar la temperatura del cuerpo con paños fríos o incluso con hielo. Cuando se trata de ancianos puede ser muy grave, por lo tanto, hay que acudir a un médico ante los primeros síntomas.

Internacionales
Ganó una beca para estudiar en Los Ángeles y canta ópera en el tren para juntar los U$S 50.000 que le faltan

“Toda mi vida quise ser una actriz de Hollywood, y no me quedé solo con la idea, no es un sueño etéreo, es algo por lo que me esforcé siempre. Estudié mucho, nunca tuve vida social, no tengo amigos y todo fue para tener todas las oportunidades, para ver dónde la ‘pegaba’ - que hasta ahora fue con el canto - para ahorrar plata para cumplir mi sueño”, explica Aimé Costantini a Telenoche.
Hace unos meses, audicionó para ingresar en la American Academy of Dramatic Arts y quedó elegida. Más allá de que le otorgaron una beca de 25 por ciento, que es el máximo que otorgan, es imposible para ella juntar el resto. “Es una escuela de actuación que queda en Los Ángeles de ahí salieron Danny DeVito, Anne Hathaway y muchos otros actores y actrices. Con poder estar un año al menos yo me conformaría, porque confío en que podría conseguir los contactos para seguir mi sueño”.
Aimé recuerda entre risas que su mamá le contaba que cuando era bebé lloraba afinada. “Desde chica siempre supe que la música era lo mío. Desde que nací, canto y todo el piano. Lo que más me gustaba era el ballet. Siempre quise ser bailarina y actriz. Siempre tuve varios sueños”.
“Mi mamá es profesora de música, por eso siempre hubo un piano en mi casa. Cuando volvía de la escuela, sacaba de oído las canciones que ella tocaba. Mientras hacía la secundaria, a la noche iba a la escuela de música donde estudiaba la carrera de intérprete de piano, canto y flauta traversa. Estudiaba en los recreos. Cuando terminé el colegio comencé la licenciatura de Canto Lírico en la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y empecé a dar clases particulares de canto”.
Siempre había sido su sueño ser actriz y por eso, en paralelo, empezó a audicionar en castings. “Hice un ciclo de monólogos que no daban plata, pero yo lo que hacía era ganar experiencia”.
Actriz de película o cantante en una ópera
Aimé siente que su lugar es sobre un escenario. Como actriz de Hollywood o como cantante de ópera. “El año pasado cumplí el sueño de ir a Inglaterra, nos quedamos con mi novio en la casa de un familiar. Para recuperar algo de lo que habíamos invertido para viajar, empecé a cantar en la calle. Vi que se podía, armé un cartelito y me mandé a la calle. No necesitaba un micrófono porque la ópera se escucha fuerte de por sí”.
Empezó a cantar en el barrio chino y llegó a juntar 100 libras por día. “Era impresionante todo lo que podía comprar allá. Nunca se me había ocurrido cantar en la calle en la Argentina, pero cuando volví se me prendió la lamparita”.
Aimé y su novio le cuidan la casa a una conocida, por eso, dicen que tienen la suerte de no tener que pagar alquiler. Ella da clases particulares y con eso, más lo que gana en el tren le alcanza para comer. “Solo canto cuando voy y vuelvo de la facultad. Pierdo tiempo de estudio, pero gano plata”.
La experiencia de cantar en el tren Mitre
Durante el viaje, las personas le prestan atención, muchas se le acercan para decirle que nunca habían escuchado ópera en sus vidas. “Tengo la ventaja con respecto al resto de los artístas de que yo tengo a todo el público: la gente con poca plata me deja porque le parece increíble lo que hago, los de clase alta me dejan porque me dicen que ‘hago música de verdad’”.
“Es realmente impactante que estés viajando al trabajo y de repente alguien se ponga a cantar La Boheme en el tren. Hago un promedio de dos mil pesos por vagón y el Mitre tiene seis vagones y lo bueno es que lo que gano viene subiendo como la inflación. Los que me dejaban 100 pesos, ahora me dejan 200 y los que me daban mil ( personas muy consideradas) ahora me dejan dos mil”.
Aimé reconoce que la plata que gana solo le alcanza para vivir y que por eso es que siente un dolor muy grande por saber que más allá de los esfuerzos que haga, sin ayuda, no podrá juntar la plata para pagar la cuota de dos mil dólares por mes de la academia de arte dramático en Los Ángeles.
Llegar a Los Ángeles
La joven afirma que si consigue el dinero para pagar las ocho primeras cuotas del primer año de la carrera, ella estaría realizada porque confía en que podría lograr los contactos para acceder a las oportunidades y castings.
“Para el primer año necesito 27 000 dólares y si sueño con hacer toda la carrera debería recaudar 50 000. Es insoñable esa cantidad de plata para mí. Sé que es re dificil la situacion para todos los argentinos, yo para esto me esforcé toda la vida, desde que tengo seis años, o antes. Si me ven en el tren, sepan que lo que dejen, la colaboracion que me den, va directamente a cumplir mi sueño”.
Fuente: TN
Nacionales
La vida del doble de Maradona: la noche en la que simuló ser Diego en Brasil y cuánto cobra por ir a un evento

Escolástico Berto Méndez, conocido como Coco, es más que un doble: es un puente viviente que conecta a las personas con los recuerdos y la magia de Diego Armando Maradona.
Con cada foto y cada sonrisa, en el barrio porteño de La Boca, el clon -así se define- mantiene vivo el espíritu del ídolo argentino. Coco Méndez construyó su vida sobre una singular y fascinante premisa: ser el humano más parecido al mejor futbolista de todos los tiempos.
Coco se levanta todos los días para transformarse en el icónico futbolista argentino. Se para en Caminito, allí donde siente un amor inquebrantable por su trabajo, para sacarse fotos con turistas y locales, perpetuando el legado del 10.
“Vengo de miércoles a domingos. El turismo es lo mejor que hay para trabajar y al argentino también le gusta pagar, nadie nunca me dijo ‘no te voy a pagar nada’. Acá, en un día bueno, puedo llegar a hacer cerca de $100.000. Pero no todos los días son iguales. Se labura mucho de viernes a domingos, está lleno de gente”, explicó a TN.
Su historia como clon de Maradona comenzó en los años 80. “Empecé a verme parecido y me fue muy bien. Me presenté en un casting y ahí arranqué”, recordó con nostalgia. Su notable parecido no solo le abrió las puertas del turismo, sino también las de la industria del entretenimiento: ganó un casting para una película en la que Maradona conoció a Gardel. A partir de allí trabajó en eventos, cumpleaños y casamientos.
Una de sus anécdotas más memorables ocurrió en Punta del Este durante un desfile de Roberto Giordano. “Diego entró por la ‘puerta buena’ y me dejó con toda la gente (en la entrada principal). Casi me matan, creían que era verdadero Diego. La verdad es que la pasé mal. Se me tiraron todos encima”, contó.
Ser el clon de Maradona también lo llevó a vivir situaciones inusitadas, como aquella vez en Brasil durante el Mundial de 2014. “Había un evento en un hotel, me llama el jefe del lugar y me dice: ‘Mirá, va a venir Maradona y yo te quiero a vos. Diego va a entrar por la otra puerta’. Yo entré por la puerta grande. Se me tiraron todos arriba, a sacar fotos, lloraba la gente”, relató emocionado, y agregó: “Me pasó lo mismo que me pasó en Uruguay, fue una cosa de locos”.
“A Diego lo conocí en su programa, en La Noche del 10. Estuvimos mano a mano y le pregunté unas cositas lindas, sobre la mano de Dios y otras cosas, él se cagaba la risa. En un momento me dice: ‘Ojalá pudiera ser Coco para salir por todos lados. ‘Yo no puedo salir a ningún lado, papá', me dijo. Qué cosa increíble, ¿no?”, relató.
Sin embargo, no todo es glamour y aventura: Coco también ha enfrentado momentos difíciles, especialmente cuando Maradona falleció. “Cuando murió Diego la pasé muy mal, sufrí mucho, lloré tanto. Yo pensé que teníamos a Diego para rato, ¿me entendés? Una cosa increíble. Lloré tanto, tres días no comí, te lo juro. Sabes el dolor que tenía”, dijo con la voz quebrada.
El sueño que desea cumplir en 2025
A pesar de los altibajos, el hombre nacido en Caseros, casado con María y padre de cuatro hijos -Darío, Nicolás, Soledad y Natalia-, continúa con su misión, impulsado por el cariño del público y su amor por Diego: “Ser su clon es lo mejor que te puede pasar en la vida. Muy lindo, me encanta. Me encanta porque soy feliz, me divierto con la gente. Es muy bueno”.
Coco aspira a que lo sigan contratando para participar en publicidades: “Grabé muchas en Brasil. Los productores de allá apenas tienen una publicidad, me llama”. El hombre detalló que para ir a algún evento, en donde realiza un show musical con la pelota como protagonista, cobra alrededor de 500 dólares.
Dentro de su anhelo de expandir su carrera en el ámbito internacional, el hombre ya proyectó su desafío para el 2025: “Quiero viajar a Nápoles. Me quiero quedar 30 días ahí. Nunca estuve, pero los napolitanos que conocí me adoran. Sueño con ir a hacer lo mismo que hago acá, pero allá”.
“Mi familia está muy feliz y contenta. Con la plata que llevo cómo no van a estar felices”, comentó entre risas. Cuando la cámara se apagó y Coco se quitó el micrófono expresó su último pedido: “Poné que sigo siendo un hombre sencillo. Que estoy orgulloso de mi trabajo y poder hacer felices a los demás, al menos por un ratito”.
Fuente: TN
Nacionales
Brenda nació con una malformación, baila tango en silla de ruedas y un domingo en una milonga encontró el amor

Una tarde de domingo, lejos de la melancolía y el sinsabor del cierre del fin de semana, Plaza Dorrego se convirtió en el epicentro del amor. Brenda y Horacio habían llegado hasta allí para disfrutar de una pasión que, sin saberlo, los unía. Ese día ella lo vio bailar y no lo dudó: lo invitó a la pista y algo surgió.
El tango los había llevado hasta ahí y el amor los hizo transitar mucho más. Al ritmo del 2x4, la relación fue creciendo y casi como en una película de Hollywood, la pareja protagonista de la historia tuvo su final feliz... aunque final es una manera de decir, porque el cuento de ellos acababa de comenzar.
Siempre en movimiento
Brenda nació con espina bífida, aunque asegura que jamás le impidió hacer nada de lo que quiso. Aunque no tiene sensibilidad en la parte baja, esto nunca la dificultó a la hora de hacer su vida. “Estoy en silla de ruedas desde los cinco años, vivo sola desde los 22 y hace cinco con Horacio. Igualmente, siempre me manejé sola yendo a todos lados, la silla nunca fue un impedimento”, resaltó.
Durante años se dedicó al atletismo y la natación, donde obtuvo cinco medallas de oro. También hizo básquet, vóley y defensa personal.
Siempre se mantuvo en movimiento y sabía que lo que más la apasionaba era eso, no parar. Con el tiempo surgió otro amor que nunca más soltó. Fue una propuesta repentina, una visita y el enamoramiento a primera vista.
El tango, una pasión
Ocho años atrás, Brenda se enteró de que en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) había un muchacho que bailaba tango en silla de ruedas. Ella, incrédula, fue hasta allí y su sorpresa fue enorme: “Me enamoré de lo que vi”, aseguró la bailarina en diálogo con TN.
“Enseguida quise empezar a hacer danza con él, pero arranqué con la madre. Fueron nueve años de práctica, pero en ningún momento hice tango, sino expresión corporal. Esa no fue una muy buena experiencia, pero lo que sí bueno es que en ese taller encontré a una chica que hacía tango y me invitó a bailar con ella”, precisó.
A partir de ese momento no paró. Fue a distintos eventos, milongas, hasta que un día llegó a Plaza Dorrego. Bailó con su amiga, con otra chica más y con un muchacho, y a lo lejos vislumbró a un hombre alto y bien trajeado que le llamó la atención. “Lo vi bailar a Horacio y me fascinó, sabía que tenía que bailar con él”, recordó. “Él nunca se animó a sacarme, lo saqué yo. A partir de ahí empezó todo. Bailamos un año seguido y no sabíamos ni nuestros nombres”, contó entre risas.
Así pasaron los meses y un día, por un imprevisto, surgió el amor. Horacio tenía que encontrarse con una amiga que le había ofrecido un trabajo. Esa persona no apareció, pero quien sí apareció fue Brenda. Aquel día, entre mates y tangos, comenzó todo. “Desde entonces somos bailarines de tango, pareja y transitamos la vida con el tango y el arte”, sumó.
El primer amor
A diferencia de Brenda, a Horacio el interés por el tango le surgió desde muy chico. “A los siete años lo vi bailar a mis viejos en Viedma, donde nací, y me encantó. Pasaron los años, de un momento a otro mi mamá partió y nos quedamos solos con mi papá”, recordó.
“Un día, mucho tiempo después, él dijo que quería ir a una milonga y yo le respondí que quería ir con él y aprender. Ese fue mi inicio. Al principio era muy duro, pero con el tiempo avancé mucho, me hice primer bailarín y empecé a ganar plata. Después me dediqué profesionalmente, aunque no en todos lados lo toman como una profesión ni tienen en cuenta todo le esfuerzo que hay detrás”, señaló.
Con los años, Horacio viajó a Buenos Aires y se dedicó a la venta ambulante, buscando seguir su sueño. Sin embargo, nunca dejó de lado el tango y siguió frecuentando lugares donde se desarrollaba. Así, llegó a la plaza del amor. Él, al igual que su hoy esposa, tampoco olvida de aquel día en que se conocieron. “Fue raro por el hecho de que ella se me puso en frente y me invitó a bailar. Yo nunca había bailado con alguien en silla de ruedas y no tenía idea de cómo hacerlo, pero empezamos y así estuvimos un año donde casi todos los domingos nos encontrábamos en la plaza y bailábamos una tanda por lo menos, sin siquiera saber nuestros nombres”, precisó entre risas.
Además de ser pareja en la vida, se dedicaron a trabajar juntos y hacer de su pasión también su sustento de vida. Un día ambos tomaron la decisión de trabajar en la calle. Empezaron en la vía pública, cerca de su casa, después sumaron milongas y eventos privados. Hoy, bailan todas las tardes en Plaza de Mayo y brindan clases en El bar de Borges, el mítico bar donde el gran escritor argentino solía ir a tomar café en San Telmo.
Con el tiempo, además, aparecieron propuestas impensadas. Un día llegó el ofrecimiento de ir al mundial de tango y no lo dudaron. “Me enamoré de eso porque me encanta el escenario. Fuimos cuatro veces, yo pensé que por mi condición iba a ser más hostil por una cuestión de diferencia, pero fui una más del grupo. Fueron cuatro experiencias preciosas”, rememoró Brenda.
Un amor que va más allá
El tango está lleno de letras de amores y desamores, de pasiones y sueños. El baile tiene ese no sé qué que a esta pareja la hace vibrar y emocionar.
“He llegado a estar tres o cuatro días sin bailar y me empieza a doler todo como si hubiera bailado una semana seguida, no puedo, me enfermo, si no bailo tango me duele”, dijo con lágrimas de felicidad Brenda.
Y aunque sabe que quizás en algún momento el cuerpo le pase factura y deje de bailar, asegura que del tango no se va. “Es amor real, pasión y más con la persona que lo estoy haciendo”, se sinceró entre lágrimas y agregó: “Soy artista, si no me emociono no sirve. Bailar con él es un amor profundo por todos lados, es contención, energía, amor, mucha confianza”.
“Empezó siendo algo especial porque se animó sin miedo desde un principio, o por lo menos si tuvo miedo nunca me di cuenta, siempre fue todo muy genuino, después fue creciendo y hoy es amor puro lo que siento cuando bailo con él”, completó mientras se limpiaba las lágrimas que corrían por sus mejillas.
Casi como en espejo, Horacio también solo tuvo palabras de amor hacia su esposa. “Ella me enseñó que nada tiene límites, porque yo no sabía que alguien en silla de ruedas podía bailar y aprendí que toda persona que tenga una discapacidad motriz no está limitada a bailar. El tango está abierto a todos”, aseguró.
Sobre el baile, además, insistió: “El tango es mi todo. Me dio la profesión, la mujer que amo y me sigue dando todo lo que puedo tener. Se siente una gran satisfacción y un gran compromiso bailar con Brenda porque es muy importante difundir esto desde la danza, desde el respeto por el prójimo y desde saber que todos podemos bailar”.
“Bailar con ella es lo mejor que me podía pasar. Tengo todo: el tango, mi trabajo, mi compañera, y toda la gente que nos ayuda a que sigamos con esto adelante”, concluyó.
Hoy, la pareja no solo brinda un show único en Plaza de Mayo todas las tardes, sino que también da clases de tango los martes en El bar de Borges, ubicado en San Telmo. Todo su arte se puede ver en Instagram, en @hrctony o @brendaholtz77. Además, realizan presentaciones en fiestas y reuniones sociales.
Fuente: TN