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Parir en cuarentena: “Tuve que dejar a un lado mi idea del parto soñado”

La llegada de un hijo al mundo suele ser motivo para celebrar. Sin embargo, traer vida a un planeta que atraviesa una pandemia puede convertir la experiencia más trascendental para una mujer en un hecho signado por el temor y las dudas. Infobae habló con madres a quienes la cuarentena las sorprendió con un embarazo casi a término. ¿Cambió el protocolo de atención perinatal?

Pareciera que hay cuestiones que no entienden de prohibiciones ni aislamientos: transcurridas las semanas de gestación, el impulso de la vida que quiere salir al mundo es imposible de detener. Así, ocurre que un embarazo buscado y deseado, que transcurre dentro de la normalidad se topa casi sobre su final con una pandemia y una emergencia sanitaria que parece poner al mundo en “pausa”.

Carla tiene 44 años y podría decirse que buscó a Beltrán durante toda su vida. Ella quería ser madre y lo iba a lograr.

Sin pareja, en 2016 empezó el camino que la llevaría a la maternidad. Recurrió a un banco de semen y se sometió a tres inseminaciones y un tratamiento de fertilización in vitro con donante anónimo sin resultado positivo. En el medio, en 2018, le diagnosticaron un mioma que no pudo ser operado por estar ubicado en el cuello de útero. El año pasado, tras un nuevo intento de inseminación artificial logró ver las ansiadas dos rayitas en el test de embarazo. Fecha probable de parto: fin de marzo de 2020.

Paola volvió a apostar al amor y a la familia luego de haber sido madre en soledad hace 20 años. Y así fue que con Pablo emprendieron la búsqueda de un hijo, el primero para él. En septiembre de 2019 -luego de perder un embarazo y esperar el tiempo prudencial para volver a intentar la búsqueda- supo que su sueño de ser madre nuevamente estaba más cerca y que Emma llegaría a este mundo en mayo de 2020.

En paralelo, mientras Beltrán y Emma crecían en el vientre de sus mamás, el mundo entraba lenta pero sostenidamente en una pandemia a causa de un nuevo virus surgido en China, que pondría a la humanidad en vilo como pocas veces se había visto.

Paola tuvo a Emma por cesárea el 23 de abril

Paola tuvo a Emma por cesárea el 23 de abril

Ya con el decreto que instauraba en el país el aislamiento social preventivo y obligatorio, a las 34 semanas de gestación, Paola tuvo pérdidas y debió ser internada. “En esa oportunidad no estaba tan nerviosa porque estaba solo yo; cuando tuve que internarme para que nazca me agarró un ataque de ansiedad”, contó la mujer, que ya a los últimos controles de su embarazo debió concurrir sola, ya que en los centros de salud no dejaban entrar a los maridos o acompañantes ni a la sala de espera ni al consultorio. “A la última ecografía no entró el papá y tampoco pude hacerme la 5D”, recordó a Infobae.

Emma finalmente nació el 23 de abril, por cesárea, debido a que su mamá tenía alta la presión arterial. En la clínica de la localidad bonaerense de Adrogué donde estuvo internada, la habitación era compartida, por lo que al dolor por la cesárea y los nervios de las primeras horas porque la beba “no agarraba la teta”, a Paola se le sumó la “paranoia” por la limpieza y la distancia con la otra familia en el mismo ambiente.

Antes de la cesárea me angustié mucho por no poder estar contenida por mi hermana, que es lo más cercano a mi mamá que tengo; me sentí sola en ese sentido -relató-. Además, mi marido no llegó a entrar a la sala de partos y si bien mi médico me cuidó en todo momento y fue muy amoroso sentí que la cesárea fue algo más ‘expeditivo’ que sentimental. No fue lo que soñaba”.

Durante su internación, si bien sólo podía quedarse con ella una sola persona, le permitían rotar entre el papá de la nena y otro acompañante. Así, su hermana, que es odontóloga y por su trabajo tenía permiso para circular, pudo conocer a su sobrina. El resto de la familia, incluida la abuela paterna para quien Emma es su primera nieta, sólo vio a la pequeña por videollamada en los días que lleva de vida.

Ya en su casa, al cuarto día Paola levantó fiebre y hasta llegar a la conclusión de que se trataba de un principio de mastitis por la leche que no había terminado de bajar, pensó lo peor. “Me angustié mucho de creer que podría haberme contagiado en la clínica y tendría que separarme de mi bebé”.

“No miro noticias, en casa ya sabemos cómo cuidarnos y prefiero no amargarme ni intoxicarme con lo que pueda ver o escuchar sobre la pandemia”, dijo la mujer, que sólo volvió a salir para hacer a la pequeña sus controles semanales, los que también tienen toda una logística: “Yo me recepciono y la nena se queda en el auto con el papá y la busco cuando me avisan que ya le toca el turno”.

Sobre si siente que la pandemia “opacó” la llegada de su hija, reconoció: “Me da mucha pena que no haya sido como lo habíamos soñado, que no haya podido entrar el papá, pero al verla a ella sana y bien una se olvida de todo”.

Seguramente el guión de la “película” que Carla había imaginado para el momento en que ese hijo tan deseado y esperado llegara al mundo dista mucho de lo que ocurrió.

Carla recurrió a un banco de semen y se sometió a varios tratamientos de fertilización para convertirse en madre de Beltrán

Carla recurrió a un banco de semen y se sometió a varios tratamientos de fertilización para convertirse en madre de Beltrán

Optimista por naturaleza, ella pudo verle “el lado positivo” a la situación que le tocó atravesar y es que, al no poder tener visitas en el sanatorio, ella y el bebé pudieron conocerse y adaptarse, cosa que no suele ocurrir cuando una madre intenta establecer la lactancia o cambiar el primer pañal a su hijo en una habitación abarrotada de gente. “Pero por otro lado es difícil porque a la clínica sólo pudieron ir mi mamá y mi novio el primer día. Nadie me podía abrazar ni dar besos, ni a mí ni al bebé y eso en nuestra cultura es muy difícil”.

Es difícil que toda tu familia conozcan a tu hijo por videollamada o lo vean de lejos, desde la puerta”, dijo Carla, a quien también le resultan engorrosos los controles del bebé y suyos cuando tuvo que sacarse los puntos de la cesárea. Además de que no pudo hacerle los estudios complementarios recomendados en un recién nacido y que se indican al momento del alta.

Un tema no menor es que el pequeño está indocumentado: “Todos me insistían con que defina el nombre y a casi dos meses de nacer todavía no lo pude anotar”.

Carla pasa la cuarentena con su novio, a quien conoció a los siete meses de embarazo y hoy se convirtió en una pieza clave para que ella no tenga que salir de la casa y preservar así su salud y la del pequeño Beltrán.

Acerca de cómo vive el postparto reconoció que tiene “días y días”. “La herida cicatrizó bien, físicamente me siento bien, pero tengo mis momentos; lloro mucho. Hay días que quiero salir corriendo a la casa de mis padres y otros que transcurren mejor -confió-. Estimo que a todo el mundo le está pasando lo mismo no sólo a mí porque estoy puérpera”.

“El temor más común de las mujeres es que le pase algo malo a sus bebés”

Estar embarazada no genera más riesgo tanto para contraer la enfermedad como para desarrollar un cuadro grave en caso de que se infecten (Shutterstock)

Estar embarazada no genera más riesgo tanto para contraer la enfermedad como para desarrollar un cuadro grave en caso de que se infecten (Shutterstock)

Ignacio Pérez Tomasone es médico obstetra (MN 114408) y asegura que su vida “no tuvo un cambio radical” pese al coronavirus. “No vivo la cuarentena, sigo saliendo por la atención de las embarazadas y los nacimientos, un solo día me quedé en casa”, contó el especialista a Infobae, quien reconoció que el cambio más radical se dio en el consultorio: “Dejé de hacer consultas ginecológicas, sólo atiendo embarazadas o puérperas y los turnos son más espaciados para tratar de que en la sala de espera no haya más de dos personas”.

“Lo que más cambió es la atención presencial y trato de hacer más consultas telefónicas, pero a la embarazada hay que verla -sostuvo-. Hay controles que si no son esenciales se saltean o cuando vienen se le adelantan órdenes para estudios; trato de enfatizar que algunos controles no son tan necesarios, según el caso y cómo se desarrolla el embarazo”.

- ¿Cuáles son los principales temores que expresan las mujeres?

- En general les causó mucho temor que el primer decreto de emergencia sanitaria les otorgó licencia y eso las hizo sentirse incluidas entre los grupos de riesgo. En ese sentido, trato siempre de transmitir tranquilidad y explicarles que no son grupo de riesgo si bien tienen más vulnerabilidad a tener mayor compromiso respiratorio y es por eso que se las exceptuó de trabajar.

Les recalco que estar embarazada no genera más riesgo tanto para contraer la enfermedad como para desarrollar un cuadro grave en caso de que se infecten.

Una mujer embarazada es una adulta joven, por lo que salvo que tengan una enfermedad preexistente, el embarazo en sí mismo no le genera riesgo.

Otra instancia que genera muchas dudas es el momento de la internación y el parto: a las mujeres las angustia pensar en no poder internarse con un acompañante, que les programen una cesárea o no les permitan estar con su bebé ni bien nace. En este punto, las recomendaciones son claras en cuanto a priorizar el parto espontáneo, salvo que existan otros impedimentos médicos para que sea posible, promover el contacto piel a piel entre la mamá y el recién nacido desde el primer minuto de vida, y permitir que la mujer permanezca internada con la persona que ella elija.

No se demostró que exista transmisión vertical. Hubo algún recién nacido con COVID-19 en algún lugar del mundo pero se sospecha más de transmisión perinatal (por contacto con la madre infectada) que dentro del útero, donde no está demostrado que exista contagio, así como tampoco en el canal de parto.

Incluso si una mujer tiene coronavirus no es indicación que se le haga una cesárea, si médicamente no está justificado por otra causa.

Los principales miedos en general rondan acerca de qué le pueda pasar a su bebé, o si la leche materna contagia.

La OMS recomienda que cada mujer gestante tiene derecho a estar acompañada por quien ella decida (Shutterstock)

La OMS recomienda que cada mujer gestante tiene derecho a estar acompañada por quien ella decida (Shutterstock)

María Agustina Capurro es licenciada en Psicología con orientación perinatal (MN 69748) y miembro de la ONG Materna Salud Mental Perinatal y consultada por Infobae contó que “muchas mujeres consultan con temor acerca de cómo se implementan los protocolos de atención”.

“Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que llegaron a cada país apuntan a garantizar algunas cuestiones que tienen que ver con respetar los tiempos de gestación”, comenzó a explayarse la especialista sobre algo que está ocurriendo y que tiene que ver con que “muchas mujeres plantean adelantar la fecha de parto por miedo a que las agarre durante el famoso pico, que cada vez se corre más”.

En ese punto, Capurro señaló que asesoran a las madres “en la importancia de que estos acuerdos sean con el médico que viene haciendo el seguimiento del embarazo”. “Es clave que se garantice que quien viene haciendo el seguimiento del embarazo sea con quien se planteen y lleven a cabo esos acuerdos”, sostuvo la especialista, para quien es clave “resguardarse de la pseudo información que circula y recurrir a interlocutores válidos”.

Otras de las recomendaciones de la OMS en el marco de la pandemia tienden a “garantizar el contacto con el bebé en cuanto nazca si no hay ninguna causa médica que lo impida, así como la internación conjunta de madre e hijo y propiciar la lactancia materna desde la primera hora de vida”. Asimismo, si bien es cierto que “cada mujer gestante tiene derecho a estar acompañada por quien ella decida”, Capurro reconoció que “hay contextos más propicios que otros en términos de materiales de protección o cuestiones edilicias que llevan a la necesidad de minimizar la circulación”.

Sobre cómo es la logística el día del parto, Pérez Tomasone destacó que “toda mujer puede tener un acompañante, siempre que sea menor de 60 años y no posea comorbilidades”. “En muchos lugares no dejan entrar acompañante con el argumento de proteger al personal de salud, por el hecho de que haya la menor cantidad de gente en los centros de salud o muchas veces porque no tienen camisolines ni barbijos suficientes para darle a los padres”.

Mis nacimientos siguen teniendo acompañante, pero eso depende más de la política del sanatorio”, aseguró el obstetra, quien sí reconoció que “hay menos personal y mayor protección en la sala de parto”. “Pero más allá de eso no varió mucho más, se trata de seguir acompañando a la mujer”.

Y tras asegurar que “siempre se cuida la higiene en una sala de parto, ya que es un ámbito quirúrgico”, enfatizó: “Lo único que cambió es la disminución de personas y mayores protecciones”.

Una reflexión sobre la salud mental de las madres

Una mujer que es madre en esta pandemia tiene que renunciar a muchas cosas, además de a su parto soñado: debe prescindir de la presencia de su propia madre si la tiene, de sus amigas

Una mujer que es madre en esta pandemia tiene que renunciar a muchas cosas, además de a su parto soñado: debe prescindir de la presencia de su propia madre si la tiene, de sus amigas

Desde Materna Salud Mental Perinatal trabajan con todos los actores de la salud mental perinatal, e incluso se apoyan en pediatras y obstetras. Compuesta por psiquiatras, psicólogos y ex pacientes que en su periodo perinatal sufrieron algún trastorno del ánimo y ahora ayudan a otras mujeres, la red cuenta con especialistas en todo el país, y su rol es ser un “puente” entre las mujeres consultantes y los profesionales.

"La ansiedad y temores propios de ese momento en la vida de cualquier mujer se ven amplificados por este contexto, y aparecen otros miedos que en otra situación no se plantearían. Para Capurro si a eso se suman “las renuncias que la mujer tiene que hacer en esta situación”, el combo puede resultar explosivo.

Es que las mujeres que se convierten en madres en esta pandemia “tienen que prescindir del apoyo de sus padres las que los tienen, sus hermanos y amigas”. Por eso, para la especialista es clave “no perder el contacto y entender que esto es una pausa, que todo aquello se va a recuperar y que este esfuerzo es en pos de garantizar la salud colectiva”.

“Es importante armar equipo con la pareja o el acompañante que sea; siempre hay un otro en quien es necesario apoyarse y asumir que esto es por un tiempo”, consideró la especialista, para quien “en algunos casos el contexto puede resultar beneficioso en el sentido de que se prioriza el vínculo de madre e hijo en las primeras horas de vida, tan claves para conectarse con el bebé”. “Que no haya otros en un punto viene bien, aunque después es lógico que uno quiere compartir su felicidad con los seres queridos y que conozcan a su bebé”.

Capurro hizo un llamado a ver el vaso “medio lleno” y “capitalizar el tiempo para conectar con el bebé, para recuperarse la mujer físicamente y para armar equipo con el que acompaña”. Para ella, “uno fantasea mucho con quiénes van a estar y este es un momento seguramente diferente al soñado”, pero bien podrá pensarse -por más trillado que suene- que “hoy no es siempre”. Y concentrarse en disfrutar de la llegada de un hijo, que si fue deseado y esperado, sin dudas será de esas experiencias bisagra en la vida, que nada -ni una pandemia- podrá opacar.

Fuente: Infobae.com

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Cambios en los hábitos de consumo de los argentinos: ¿ahorrar, comprar objetos de valor o vivir experiencias?

¿Existe un revival de hedonismo? Como respuesta a la búsqueda de la inmediatez que reinaba tiempo atrás, hoy las personas buscan un consumo que perdure en el tiempo, pero no en cualquier tiempo, en el propio, que les deje una experiencia enriquecedora.

Hoy los consumidores prefieren invertir su tiempo y dinero en productos o experiencias únicos, de esos que crean recuerdos únicos y que, además, permiten contar en las redes sociales que uno la está pasando bien.

Tanto es así que el informe Foresight Report 2025, de Diageo, revela que las conversaciones sobre cómo sacar el máximo partido a productos y eventos únicos han aumentado un 83% interanual (5,6 millones de conversaciones), junto con un incremento del 42% de los consumidores que hablan de espacios sociales alternativos, como salas de juego de realidad virtual, locales híbridos físico-digitales o bares pop-up, que ofrecen nuevas formas de conectar y socializar.

Cambio de paradigma

“Tras la pandemia, el reencuentro con amigos, la vuelta a los bares y la reapertura de espacios públicos se convirtieron en experiencias clave de disfrute. También lo vemos en la creciente demanda por eventos en vivo, como recitales y festivales, donde las entradas se agotan en minutos a pesar de los precios elevados”, describe Sol Martín, Consumer Planning Manager de Diageo.

Y completa: “Esto demuestra que las personas están dispuestas a invertir en vivencias que aporten valor emocional y conexión social, privilegiando la experiencia por sobre lo material”.

“Existe un consumidor aburrido por la extrema conectividad a la que estamos sometidos y busca exposiciones, paseos, experiencias gastronómicas”, define Mara Amar, directora de la Carrera de Comunicación Publicitaria e Institucional de la Universidad Católica Argentina (UCA).

A su vez, agrega esta especialista, “hay necesidades de distintos tipos y el consumo viene a cubrir de manera rápida ese monto de dopamina buscado, como un placebo que se activa con la compra de un producto y al recibir el objeto deseado, que también tiene la exigencia apresurada”.

De acuerdo con el informe La Verdad sobre el Escapismo, de McCann Worldgroup, el 91% de las personas a nivel global siente la necesidad de escapar ocasionalmente, mientras que el 84% considera que las distracciones son una forma saludable de manejar el estrés.

“Este deseo de desconexión se traduce en una demanda creciente de experiencias que van desde rituales cotidianos, como disfrutar de un café especial por la mañana o escuchar música camino al trabajo, hasta escapes más estructurados, como un viaje de fin de semana o una cena con amigos”, analiza Dardo Mamberti, director de Estrategia en la consultora.

Experiencias físicas, investigaciones online

Según TikTok Insights, el 52% de los usuarios en Argentina recurre a la plataforma de videos para buscar sobre temas de entretenimiento e información, mientras que 3 de cada 5 lo utiliza como fuente de inspiración y nuevas ideas. Incluso, el 94% de los usuarios está dispuestos a probar o comprar un producto o servicio recomendado por un creador de contenido.

“La aparición de una crisis tiene efecto inmediato en el comportamiento de las personas. Cambia la dinámica social, por ende la manera de consumir. En ese sentido, la tecnología es un gran facilitador y habilitador de experiencias relativamente accesibles, y un oasis, de cierta manera, ante las restricciones lógicas que trae una situación económica adversa. Poder conectar a través de las redes sociales, consumir de manera accesible y acceder a buen entretenimiento a costos lógicos es una vía de escape de gran valor”, explica Ezequiel Arslanian, Managing Director Accenture Song Hispanoamérica.

La digitalización no deja de lado las emociones. Según un estudio realizado por Globant, el 73% de los clientes exige una mayor personalización a medida que avanza la tecnología, y el 77% de ellos solo interactúa con marcas que personalizan sus experiencias.

Como ejemplo de esto, en América latina, el 70% de los consumidores prefiere ir a los locales al momento de comprar ropa, porque priorizan no solo el contacto con la prenda, sino también la experiencia de ser atendidos, revela un estudio de Boston Consulting Group (BCG).

Por otro lado, existe una gran demanda de sentir una conexión emocional con el producto y su marca. Los consumidores valoran las marcas que logran establecer un sentido de pertenencia y que logren comunicarse de manera auténtica. El 70% de las decisiones de compra, incluida la preferencia de marca, están basadas en factores emocionales.

“El uso de la tecnología permite el acceso a los contenidos en diferentes momentos y lugares, brindando la libertad de elegir cuándo y dónde consumirlos. La implementación de la nueva solución de medición multiplataforma nos da la posibilidad de brindar una visión completa y precisa”, explica Ariel Hajmi, CEO Kantar IBOPE Media Argentina, Chile & Uruguay.

Una experiencia para vivir y contar

Para muchos consumidores, “especialmente los más jóvenes, compartir una experiencia en redes sociales es casi tan importante como disfrutarla. Esto se debe a que las redes sociales se han convertido en una plataforma para construir y mostrar la identidad personal”, dice Valeria de Urraza, Business Development de KANTAR división Insights.

Lo que sucede es que “compartir experiencias permite a las personas conectar con otros, recibir validación social y construir una imagen deseada. Además, las marcas han identificado un tercer espacio de consumo, que no es ni off trade ni on trade, sino de consumo in itinere, en plazas, recitales y playas, donde las experiencias se comparten ampliamente en redes sociales”, añade De Urraza.

“Las personas se vuelven más selectivas con su consumo, pero eso no significa que dejen de buscar experiencias memorables. También hay un fenómeno interesante: cuando el presupuesto es ajustado, se buscan experiencias más accesibles, pero igualmente impactantes. De ahí el crecimiento de alternativas como los bares temáticos, las salas de juego inmersivas y los eventos fugaces que generan la sensación de ‘estar en donde hay que estar’”, aclara Javier Quintero, Chief Strategy Officer GUT Buenos Aires.

En VR Arena, un parque de realidad virtual, dan testimonio de esta tendencia. “Desde que abrimos, cuatro meses atrás, el flujo de visitantes continúa en ascenso. Las reservas se llenan con una semana de anticipación, especialmente durante los fines de semana”, cuenta Nina Gilmizyanova, cofundadora del lugar.

Del mismo modo, en Jobs Bar, donde el valor agregado está en poder jugar. “Una de las cosas que más valoran los consumidores es que es un gran espacio para conocer gente y donde se han formado nuevos grupos de amigos y nuevas parejas”, relata Julián Mizrahi, uno de los socios.

Por su parte, Carolina Wood, presidenta del Board de MMA en Argentina, señala que “algunos estudios sugieren que las personas tienden a arrepentirse menos de haber gastado dinero en experiencias que en productos. Esto puede deberse a que las experiencias suelen ser vistas como una inversión en recuerdos y crecimiento personal, mientras que los productos, especialmente los de consumo masivo, pueden perder valor o utilidad con el tiempo”.

Expectativas versus realidad

Si bien es cierto que en la Argentina hay una tendencia a consumir experiencias, del otro lado de la moneda el consumo masivo todavía no termina de recuperarse luego del ajuste del último año.

“La gran pregunta es si cuando la situación mejora el consumidor vuelve a la marca que tuvo que abandonar o se queda en la nueva que haya adoptado. La verdad no hay una respuesta única, depende mucho de la categoría y el nivel de lealtad que tengan a las marcas. En este escenario, el mercado argentino está aún muy liderado por primeras y segundas marcas”, detalla Esteban Cagnoli, Managing Director Argentina de la División Worldpanel de Kantar.

Al factor económico se suma el consumo sostenible y ético. “Los consumidores están cada vez más comprometidos con el impacto ambiental y social de sus decisiones de compra y lo exigen a las marcas. Muchos eligen o dejan de usar marcas en función del compromiso que tengan. La transparencia de procesos de producción, certificaciones y cuidado del mundo se vuelven cada día más un aspecto básico a la hora de la compra”, advierte Germán Rodríguez, Country Manager de Wild Fi en Argentina.

En este contexto, las estrategias de optimización de precios también cobran relevancia. “El 22% de las marcas a nivel mundial ajustó en 2024 sus costos para hacer sus productos más accesibles, mientras que el 15% implementó esquemas de pagos diferidos para facilitar el acceso a bienes y servicios”, observa Florencia Antih, directora general de cuentas de Carat Argentina.

Entonces, las marcas responden a las necesidades optimizando precios y ofreciendo alternativas de financiamiento. Así se ve “en el sector retail y de consumo masivo, en el que muchas empresas implementaron pagos diferidos y descuentos estratégicos para mantener la demanda sin comprometer la estabilidad financiera de los consumidores”, concluye Antih.

Fuente: TN

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Era docente, vendió una estancia familiar y ahora se dedica a dar clases de yoga en una cárcel de San Martín

”El yoga no es solo una práctica física, es una herramienta para la liberación del ser, para encontrar la paz en medio del caos”. Isabel Aldao, protagonista de esta historia, escogió esa frase para comenzar a narrar uno de los proyectos más significativos de su vida: Moksha, un espacio que lleva el yoga a los internos del Complejo Penitenciario de San Martín.

Isabel no solo es profesora de yoga, sino también el alma mater de un proyecto que está cambiando la realidad de aquellos que necesitan cambiar de rumbo. Para Isabel, que vivió su vida en constante búsqueda de equilibrio, llegar hasta aquí también fue difícil.

La mujer de 60 años nació en San Isidro, es mamá de cinco hijos y abuela de una nieta. Su camino comenzó en el mundo de la docencia, pero las circunstancias la llevaron al turismo, y más tarde a ser la encargada de la estancia familiar La Bamba, en San Antonio de Areco.

Sin embargo, al venderse la estancia, Isabel entró en una crisis personal: “Fue un momento de mucha incertidumbre, no sabía qué rumbo tomar”, contó a TN. Fue entonces cuando su hijo Tobías, notando su angustia, le sugirió algo que cambiaría su vida: hacer el profesorado de yoga.

”Yo había practicado yoga durante años, y sentía que me aportaba un bienestar profundo. Pero no fue hasta que me lancé a estudiar que entendí que esto era mucho más que una disciplina física, era un camino de transformación personal y espiritual”, explicó.

Con su formación, Isabel encontró no solo una nueva dirección profesional, sino una nueva forma de vida. Junto con su amiga Vicky Zimmerman, Isabel fundó Moksha, un espacio que busca llevar el yoga como herramienta de sanación y crecimiento a las cárceles argentinas.

“Lo que empezó como algo personal, se transformó en un proyecto colectivo”, dijo con la mirada iluminada. Es que desde su creación, Moksha tuvo un impacto profundo en aquellos que han pasado por sus clases, especialmente en los internos de las cárceles. En 2015, el proyecto dio un giro inesperado, cuando Isabel y su equipo conocieron a Rodrigo Chavarría, un entrenador de rugby del equipo de los Espartanos. Con él, comenzaron a llevar yoga a los internos de las cárceles de San Martín.

El yoga en la cárcel

“Lo que vimos desde el principio fue impresionante. Los internos empezaron a transformar sus vidas a través del yoga, a encontrar paz donde antes solo había caos”, reflexionó Isabel. A lo largo de los años, su proyecto creció y se diversificó, con la participación de profesores de diversas escuelas de yoga, que en su mayoría imparten clases de manera voluntaria.

”Los internos nos esperan con sus mat en el piso, el espacio limpio y con una disciplina impresionante”, contó la profesora, que destacó la diferencia de actitud que se ve en los internos que practican yoga. “Es notable cómo su mirada cambia, se sienten más conectados con su ser luminoso, y eso transforma todo su entorno”, dijo.

Más allá de los beneficios físicos que otorga el yoga, Isabel y su equipo han sido testigos de una verdadera transformación en los internos. “Lo más impactante es el cambio en su actitud. Se vuelven más serenos, la violencia baja considerablemente, y lo más bonito es ver cómo se apoyan unos a otros. Se crea una comunidad dentro del penal”, reflexionó.

Luego agregó: ”Muchos internos comienzan a sentir que no están solos, que tienen la capacidad de cambiar, y eso los impulsa a seguir”.

Uno de los casos más conmovedores para Isabel es el de un interno con prisión perpetua. A pesar de su condena, el yoga le brindó una nueva visión de la vida. “Este hombre cambió completamente su forma de ver el mundo, y comenzó a inspirar a sus compañeros para que se sumaran a la práctica”.

”Volver a su entorno social, después de tanto tiempo, es muy difícil. Muchos de ellos no tienen estudios ni experiencia laboral, y las historias familiares de conflicto se repiten”, explicó Isabel. A pesar de estos obstáculos, la docente se siente esperanzada. ”Creo que el yoga les da una base para enfrentar la vida con otra mirada. Es un proceso largo, pero lo más importante es que el cambio comienza dentro de ellos”.

Isabel cumplió en este último tiempo el sueño de comprarse un motorhome, bautizada “Motorommm”. Su intención es recorrer el país llevando el proyecto Moksha a todas las provincias, uniendo sus dos pasiones: viajar y enseñar yoga.

”Es mi forma de seguir transformando vidas, de llevar luz y amor a los rincones más necesitados del país”, expresó la mujer, que enfatizó en que el yoga es mucho más que una práctica física. ”Es el guerrero luchando contra sus propios demonios”, insistió, mientras se acomodaba en su asiento.

Allí completó: ”Es la búsqueda constante de esa paz interior, esa luz que todos tenemos, pero que a veces necesitamos descubrir”.

Fuente: TN

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Dejó atrás una exitosa compañía de teatro en inglés y con “un jarabe para la garganta” revolucionó Belgrano

“¿'Eso era una parrilla, no?”, se preguntó Eduardo Demaestri un día que estaba caminando por la avenida Crámer, en Belgrano, y vio un local en alquiler en una esquina. Y en su cabeza comenzó a tomar forma un viejo sueño, una “fantasía adolescente”: “tener un bar”. Y así fue, que en septiembre de 2021, nació Malasangre, un bar de vermú y el primero de tres locales ubicados en una zona entonces poco explotada de Belgrano, la avenida Crámer. Luego, siguieron Malparido y Malaria, un bar de vinos.

“Me costó muchísimo alquilar el local de Malasangre porque el dueño me decía ’no, si no sos de del rubro, no quiero. No quiero un negocio que dure dos días y después se vaya, porque la esquina se desvaloriza’”, recordó Demaestri, que con esa apuesta daba vuelta una página dedicada al teatro educativo en inglés.

“Soy actor, director de teatro, y aunque hablo muy mal el inglés tenía una compañía muy grande llamada The Performers que hacía teatro educativo en Inglés, que hizo obras en más de 500 ciudades de 17 países del mundo”, explicó. Pero con 20 años en el rubro, “estaba muy cansado” y hacía un tiempo que lo tentaba un cambio. El parate de la pandemia fue la excusa que necesitaba para decirle chau.

“No sé preparar ni un Negroni, pero me gusta la coctelería, quería tener un bar de coctelería como un hobby”, dijo. Pero el hobby creció y ahora son tres locales que tiene en pocas cuadras a la redonda. Inspirado por sus viajes a Londres y su pasión por la cultura gastronómica y coctelera, desarrolló Cramer Abajo, un polo gastronómico en su propio barrio.

“Malasangre se llenó desde el principio, fue como un éxito. Estuve parado en la esquina firme como un soldado tratando de entender el negocio”, recordó Demaestri, que apuntó a un cambio en el consumo como una de las claves del éxito del lugar.

“Bajó el consumo de vino, bajo el de la cerveza, el vermú está subiendo muchísimo. Mi abuelo lo llamaba ‘el jarabe para la garganta’, es una bebida muy noble que funciona como aperitivo, funciona como digestivo y que se puso de moda de nuevo por suerte y la juventud la está tomando. En Malasangre lo que hicimos fue crear toda una coctelería de autor con base en nuestros cinco vermuts propios”, explicó Demaestri.

Se llaman Rojo, Rubí, Blanco, Torino y Mítico y los produce con materia prima de primera calidad en Mercedes, Provincia de Buenos Aires. Cinco perfiles de sabor que van de lo especiado y dulce a lo fresco y frutalpasando por el clásico estilo herbáceo. En el “vermubar” hay también otras decenas de etiquetas de todas partes del mundo, una enorme barra y tapeo gourmet.

Envalentonado por el éxito de su primer bar, Demaestri, adquirió otra esquina a cinco cuadras, “un lugar más grande todavía, con terraza para poner una gintonería con comida asiática, Malaria. Explotó de gente los dos primeros meses y después comenzó a caer”, recordó Demasetri, que, rápido de reflejos, decidió mantener la gintonería en la terraza y reconvertir el restaurante en una parrilla/bodegón, Chimichurri.

Entre ambos locales, abrió Malaria, un bar de vinos. “Se generó un lindo polo, abrieron varias cafeterías también en la zona”, comentó Demaestri.

La creación de CABARCO y la Cocktail Week

Con tres locales a cuestas, Demaestri comenzó a notar cosas que le hacían ruido del mundo de los bares: “trabajan muy aislados, solos”.

“La industria está muy separada, desarticulada, no hay muchos datos de cuánto vende uno, qué vende. Cada bartender es un mundo y hay mucha competencia, pero creo que si estamos todos juntos es más fácil”, sostuvo Demaestri.

Con esa idea en mente, decidió crear en agosto la Cámara Argentina de Bares de Coctelería (Cabarco), que ya tiene más de 100 socios. “Me habían contado que ya hubo intentos hace algunos años de formar una asociación de bares, pero que todo había quedado en la nada”, sostuvo.

Para impulsar el sector y la ya reconocida coctelería argentina, organizó la primera Cocktail Week en noviembre de 2024. En el marco de esta “semana de la coctelería”, se otorgaron los The Cocktail Bar Awards, unos premios a los mejores actores del sector.

También se organizaron masterclasses y conferencias con un enfoque puesto en la educación y la profesionalización.

“Queremos revolucionar la industria de la coctelería en Argentina y ya empezamos por Buenos Aires. Nos debíamos nuestra cocktail week”, expresó Demaestri. “No estamos en el fin del mundo, nosotros estamos en el centro y ellos están lejos nuestro. No tenemos que ser el espejo de Europa o de Asia, tenemos que crear las condiciones para que Argentina sea el mejor lugar del mundo en la coctelería y van a venir solos”, afirmó.

Entre risas, el presidente de CABARCO prometió que “va a aprender como se hace un Negroni”, aunque en el fondo sabe que no hace falta, que le basta con consumirlos. “Yo nací para presidir, me gusta ser presidente”, cerró, mientras planea la próxima Cocktail Week.

Fuente: TN

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