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Nuevo cambio de horario: Así se juega la fecha 12 de la Superliga con los ojos en Boca-River

Con la última modificación de los horarios del Superclásico, las autoridades de la SAF se vieron obligadas a mover el fixture.
A las pocas hora de la conferencia de prensa que mantuvieron Claudio "Chiqui" Tapia, Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici en la Asociación del Fútbol Argentino, los dirigentes de la Superliga tuvieron que modificar de día otro encuentro para evitar cruce de horarios con el Boca - River del sábado 10 de noviembre, a las 17 horas.
Esta vez, los más afectados son los de Tigre y Argentinos Juniors. Ambos equipos tenían pautado su partido para ese sábado, a las 21, pero ahora jugarán el día lunes 12 a las 19 horas en el estadio del Matador en victoria.
El resto de la jornada que había sdo anunciado el pasado día domingo 4 de noviembre quedó de la misma manera y se jugará en este orden, quedando pendiente los encuentros entre River Plate vs Unión de Santa Fe y San Martín de San Juan vs Boca Juniors
Viernes 9 de noviembre
19.00 Talleres - Aldosivi (Fox Sports Premium)
21:00 Atlético Tucumán - Rosario Central (TNT Sports)
Sábado 10 de noviembre
20.30 Colón - Estudiantes (TNT Sports)
Domingo 11 de noviembre
11.00 Huracán - Godoy Cruz (Fox Sports Premium)
13.15 Independiente - Belgrano (TNT Sports)
15.30 Gimnasia - Racing (Fox Sports Premium)
17.45 Banfield - Lanús (TNT Sports)
20.00 Vélez - San Lorenzo (Fox Sports Premium)
Lunes 12 de noviembre
19.00 Tigre - Argentinos (TNT Sports)
21.15 Patronato - San Martín (Tucumán) (TNT Sports)
21.15 Newell s - Defensa y Justicia (Fox Sports Premium)

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Era futbolista, le entró una basurita en el ojo y todo cambió: peleó por su vida y un trasplante lo salvó

Sergio Sagarzazú transitaba sus últimos años como futbolista con gran ilusión. Era diciembre de 2023, estaba a punto de empezar una nueva pretemporada y había decidido viajar para pasar las Fiestas junto a su familia. Lo que menos se esperaba es lo que ocurriría en ese traslado tan habitual. Una basurita se le metió en el ojo y dio inicio a un proceso impensado: no solo puso fin a su carrera como profesional, sino que lo dejó prácticamente ciego y hasta puso su vida en riesgo.
De un día para otro, el experimentado mediocampista, que por entonces tenía 36 años, tuvo que cambiar la pelota, los entrenamientos y los partidos por las habitaciones de hospital, los estudios médicos y las operaciones. Fue así hasta que un trasplante logró devolverle parte de esa cotidianeidad que en algún momento pensó que nunca más volvería a tener.
Así fue el momento en el que la vida puso a prueba a un jugador que supo tener pasos destacados por clubes como San Martín de Tucumán, Estudiantes de Caseros, Chacarita, Crucero del Norte, San Martín de San Juan y el SV Wilhelmshaven de Alemania, entre otros.
El día que todo cambió
Era 23 de diciembre y Sergio manejaba su auto por la ruta. Viajaba hacia Buenos aires con su esposa y sus hijos para pasar las Fiestas con su familia, con la idea de volver unos días más tarde para sumarse a los entrenamientos con Sarmiento de Resistencia y disputar el torneo del Federal A.
Iba con la ventana abierta y una basurita le entró en el ojo. “Fue como lo que le pasa a uno miles de veces. Llegué, me fui a dormir y al otro día, que ya era 24 de diciembre, me desperté con el ojo colorado y molesto”, relató Sagarzazú en diálogo con TN.
Inmediatamente, el futbolista se fue a una guardia oftalmológica. El profesional que lo atendió le dijo que no se veía nada raro en su ojo y que tan solo se pusiera unas gotas. Pero la molestia era cada vez mayor y por eso Sergio decidió volver a las pocas horas. Al recibir la misma respuesta, hizo una tercera consulta, esta vez en otro centro de salud. Los médicos seguían diciéndole lo mismo.
“El dolor ya era una tortura, pasé Navidad encerrado con una bolsa de hielo en la cara”, contó el futbolista, que continuó visitando distintas guardias en las horas siguientes, aunque ninguna le daba un diagnóstico certero. Incluso uno de los profesionales llegó a decirle que tenía un herpes y que había que cambiar la medicación.
El alivio parcial llegó recién el 26 de diciembre, en la Trinidad de San Isidro. Los médicos que lo atendieron decidieron dejarlo internado y pasarle morfina para el dolor hasta que al día siguiente pudiera verlo un oftalmólogo.
“El doctor llegó y me sacó del ojo una hoja de un árbol o de una planta. Sentí un alivio tremendo. Pero me explicó que por haber estado tanto tiempo ahí, unos cuatro días, eso me podía generar un hongo. Dicho y hecho: al otro día, me empezó a crecer un hongo dentro del ojo”, explicó Sagarzazú.
El futbolista junto a su familia, el día que cumplió 100 partidos con la camiseta de Sarmiento de Resistencia (Foto: IG/@sagarzazusergio)
La pérdida de la visión
El futbolista perdió la visión de su ojo el 1° de enero. Pero esa no era la única consecuencia del hongo: “Era muy agresivo, penetraba los nervios y me dolía toda la cabeza, la cara. Era insoportable. La cosa iba cada vez peor”.
La esposa de Sagarzazú se comunicó con la obra social de los futbolistas y Ana, su representante, hizo la gestión para conseguir una derivación al Hospital Británico. Allí le hicieron una serie de estudios y lograron detectar qué tipo de hongo tenía. También le dieron una medicación específica que debía ponerse cada diez minutos, es decir, todo el tiempo.
“En ese momento el médico me dijo: ‘Lo que menos me importa es tu vista. Yo te tengo que salvar la vida porque corrés el riesgo de que ese hongo te coma el ojo y se te vaya la cabeza’. Fue impresionante que me dijera algo así porque yo en ese momento solo pensaba en volver a jugar al fútbol”, recordó.
El gran objetivo de los médicos era que el hongo no creciera. El tratamiento, entonces, requirió de una operación que no salió bien. Aún con el riesgo de perder el ojo, Sagarzazú decidió someterse a una segunda intervención: el resultado fue el esperado, pero todavía quedaba un largo -muy largo- camino por delante.
“¿Y cuándo voy a volver a ver?”, esa era la pregunta que desvelaba al futbolista. Había una sola posibilidad: un trasplante de córnea. Pero, para llegar a esa instancia, el hongo debía estar completamente eliminado de su ojo.
Después de 16 días internado, Sagarzazú se fue a su casa, pero tenía que volver todos los días a controlarse con los médicos. En un principio, el tratamiento de reducción del hongo iba a durar tres meses, que luego se convirtieron en seis. Finalmente, pasó a ser un año completo.
El desafío de aprender a vivir ciego de un ojo
Un año de espera. Un año ciego de un ojo. Un año sin jugar al fútbol, sin manejar y, en el principio, con un dolor que no le permitía ver TV, escuchar la radio ni tomar mate. Así pasaban los días del ya por entonces exjugador de 36 años.
Para transitar ese difícil momento recurrió a un psicólogo, también ofrecido por la obra social de Futbolistas Agremiados. “Eso me hizo bien”, afirmó.
Hasta que el día tan esperado llegó: “Ya cerca del año de tratamiento, el doctor me dice que me ve en condiciones de recibir el trasplante. Me dijo que estaba seguro de que ya no estaba el hongo. Fue una gran emoción”.
El oftalmólogo le explicó a Sagarzazú cómo era el proceso para anotarse en el INCUCAI con el objetivo de recibir una córnea para su trasplante. Le advirtió, además, que el proceso podía durar cinco o hasta ocho años. En ese momento empezó a evaluar la posibilidad de comprar una córnea en un banco de Estados Unidos, un proceso legal pero costoso. Nuevamente recurrió a Futbolistas Agremiados y la respuesta llegó del propio secretario general, Sergio Marchi. “Me contaron que él dijo ‘¿Cuál es el problema? Cómprenla ya’”, contó el exmediocampista entre lágrimas.
Justo cuando estaba por empezar el proceso de compra, llegó un llamado que se sintió como un milagro: “El médico me anotó en el INCUCAI un jueves y me llamó el viernes para preguntarme si estaba en Buenos Aires porque habían encontrado un donante”.
Del miedo a la esperanza, un año después
A Sergio le cuesta seguir la charla. Se toma unos segundos, llora, respira fuerte del otro lado del teléfono. Finalmente, deja entrever que no hay tristeza en esas lágrimas, sino puro agradecimiento: “El trasplante se hizo el 23 de diciembre de 2024, exactamente un año después de que me entrara la basurita en el ojo. Suena a que fue una señal ¿no?”.
Un día después de la operación, el médico le sacó el parche que le cubría el ojo. Le advirtió que no se asustara si la ceguera se mantenía, que todavía era muy pronto: “Cuando me lo sacó, lo vi al doctor”.
“Veía como si estuviera debajo de una pileta, distorsionado, pero veía”, explicó. Y agregó: “Pasaron ya siete meses y yo cada vez veo mejor. Ya estoy haciendo vida normal: puedo ir al gimnasio, puedo hacer fuerza, conseguí un trabajo por fuera del fútbol y todo se fue acomodando”.
Sergio tiene una visión del 60 o 70% en el ojo en el que recibió el trasplante. “Con eso estoy bien”, asegura. La colocación de un lente intraocular podría ayudarlo aún más, pero hoy prefiere no volver a pasar por operaciones y alejarse lo más posible de los consultorios médicos para “tomarse un descanso”. Destaca, además, la importancia que tuvo el acompañamiento del psicólogo al que empezó a ver en medio de este proceso.
Actualmente, trabaja en una empresa de Seguros en la Ciudad de Buenos Aires. Tuvo oportunidades para seguir vinculado al fútbol, pero priorizó la estabilidad de esta nueva ocupación. En cuanto al deporte, volvió al gimnasio y a andar en bicicleta. Todavía no jugó al fútbol por temor a los golpes -tan solo hizo algún peloteo con sus hijos más grandes- y en el futuro, de hacerlo, deberá usar una protección ocular. “Hoy para mí tiene más sentido cuidar la córnea que patear una pelota”, sostuvo.
“Pienso más adelante en volver a lo que a mí me apasiona, pero hoy en día necesito otra cosa. Por eso agarré este otro trabajo y hoy estoy acá, aprendiendo”, dijo el ya exfutbolista, que antes del incidente de la basurita en el ojo había hecho el curso de DT, el de director deportivo y el de preparador físico.
Su tiempo como jugador de fútbol ya quedó atrás y Sergio aceptó que entró en una nueva etapa de su vida. Tras pasar momentos de miedo e incertidumbre, el presente le sonríe: “Me siento súper feliz. Cuando me lavo la cara a veces cierro el ojo con el que veo bien para poder probar el otro y sonrío. A veces me pregunto por qué todo eso me pasó a mí, pero también van pasando cosas buenas y pienso que tal vez es algo que tenía que suceder”.
“Ese día en el auto veníamos mi señora, mis tres hijos y yo. Hoy te digo que gracias a Dios la basurita me entró a mí y después tuve el apoyo de ellos para sacarlo adelante. Es la verdad”, cerró con emoción.
Fuente: TN
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Pasión sin techo: cuánto cuesta ser hincha de fútbol en la Argentina

El termo y el mate. La camiseta más la campera. La entrada para el domingo, pagar el estacionamiento o darle su parte al cuidacoches. Algo para tomar durante el partido, y hasta atreverse a la hamburguesa de la cancha. ¿Cuánto sale ser hincha de un club de fútbol en Argentina? A horas de la final del campeonato local y contando los días para que empiece el Mundial de Clubes, un relevamiento de TN que indica cuánto y en qué gastan los fanáticos de este deporte.
Claramente hay muchas variables que intervienen en el presupuesto mensual que debe disponer un hincha. No tienen los mismos costos aquellos que siguen a clubes de los llamados “grandes” y quienes van a alentar a equipos que juegan en la B, C o D, entre otras categorías.
Y si tu equipo llega a la final del campeonato, el gasto estimado cambia drásticamente. Solo a modo de ejemplo, los socios de Platense que este domingo quieran estar en la cancha, en Santiago del Estero, pueden acceder a un combo que incluye vuelo (ida y vuelta, en el día) más acceso a la popular por $595.000, y si quieren ir a platea el costo es de $ 602.000.
Incluso, Aerolíneas Argentinas confirmó que más de 5000 hinchas volarán a la final a través de 15 vuelos chárter especiales, que se suman a los servicios regulares y refuerzos hacia la capital provincial, Termas de Río Hondo y Tucumán, totalizando más de 30 vuelos.
Hasta acá, ser hincha de Platense era mucho más accesible. “Para acceder a la popular alcanza con pagar la cuota de socio que está $20.000, y después gastás unos $15.000 adentro para comer y tomar algo”, cuenta Patricio, fanático de “el calamar” y que este domingo estará alentando desde la tribuna.
“Además, tengo la camiseta, que me salió unos $120.000. Platense tiene su tienda en la cancha, entonces pasás y siempre comprás algo, porque sabés que una parte le queda al club y así ayudás”, agrega Patricio.
Del mismo modo, los hinchas de Huracán también estuvieron en la tarea de conseguir entradas. Así, no fueron pocos los que se sacaron su tarjeta de crédito de Naranja X, porque así podían acceder a la preventa de entradas.
“El hincha argentino vive el fútbol como la vida misma, con pasión y entrega. Por eso tuvimos sorteos para octavos, cuartos y semis de los playoff del Apertura 2025 y la preventa exclusiva para la final. También ofrecimos soluciones financieras digitales que sean fáciles de usar y que empoderen a nuestra comunidad para darse el gustito que quieran, como acompañar a su equipo en una copa cuando va de visitante y toca viajar”, explica Julieta López, head of Brand de Naranja X.
Y es que el argentino tiene pocas dudas al gastar en productos ligados a su equipo. Según la mencionada fintech, la industria deportiva se destaca entre los rubros con más ventas en las principales fechas comerciales. “Por ejemplo, en el último HotSale, el 17% de las compras correspondieron a este rubro”, cuenta López.
Miles y millones
Así como la cuota social de un club como Platense ronda los $20.000, un valor similar tiene Racing. “A la cancha voy con mi hermano y mi papá, él nos paga todo. La platea la tenemos con la cuota del club, que es $25.000 por mes, y a eso hay que sumarle $130.000 por año de estacionamiento dentro del estadio”, cuenta Nicolás. Claro, la rutina no termina ahí, porque la tradición dicta que los tres van a comer siempre juntos después.
Este fanático de la Academia también tiene camiseta y acaba de comprarse una campera de abrigo por $100.000. “Es que me faltaba, ya tengo chomba, pantalón, otra campera”, enumera.
En Vélez la situación es similar: con la cuota de socios pueden acceder a una zona de la tribuna. Pero, dice Darío, “comer dentro del estadio está mucho más caro que afuera. Antes de entrar, un sándwich de milanesa que le comprás a un vendedor ambulante está $5000, y en la cancha un pancho con papas está $1500.
En definitiva, entre los clubes más accesibles, hay que calcular un mínimo de $40.000 por día de partido, más todos los accesorios como transporte hasta el estadio y productos con símbolos del club que suelen comprar los fanáticos.
Ahora, si hablamos de Boca y River los valores cambian. Sobre todo con los que compran platea. “El abono de la platea media a la altura del córner está 1.300.000, pero como soy socio vitalicio pago el 40% del abono anual. A eso le sumo el pack fútbol que ronda los $20.000 y los días de partido de local $15.000 de estacionamiento dentro del estadio. Para comer hay para elegir, tenés desde pizza hasta hamburgueserías conocidas. Para tener idea, un café chico está $3000”, describe Diego.
En Núñez, la platea puede verse incluso como una inversión. “Compré la platea en 2022, y la tengo por 5 años (puede revenderla y transferirla si quisiera por el modelo que ofrece River), y me costó unos US$5000. Pero cada vez que voy a la cancha tengo el gasto de la nafta ya que viajo desde Escobar y $10.000 de estacionamiento”, cuenta Félix, que si bien va solo a la cancha, a veces también le paga los gastos a su hija que va a otra parte de la tribuna.
“Si querés comer algo adentro, un pancho y una gaseosa están $10.000. Además, la camiseta costó $120.000”, completa este fanático de River que con un amigo compró otras cinco entradas en la Belgrano baja y las tienen alquiladas. “En dos años recuperamos la inversión, lo que den de ahora en más es para renovar mi platea”, anticipa Félix.
Mundial de clubes
Justamente estos dos hinchas de Boca y River también se van al Mundial de Clubes. “Desde que me enteré que lo iban a hacer ya me puse a ahorrar para poder ir”, asegura Diego, que ya está planificando su llegada a Miami junto a su mujer, aunque ella es de la Academia.
Por su parte Félix planificó el viaje como una excusa para seguir a River y aprovechar para conocer toda la costa oeste de los Estados Unidos. “Vamos a Seattle, vemos el partido y luego vamos a San Francisco y Los Ángeles, vemos el segundo encuentro y cuando termine la primera fase nos vamos en auto a recorrer Las Vegas, el Gran Cañón y cruzamos todo el país por el Sur hasta Orlando”, relata este hincha.
¿Pero cuánto sale un combo para ir al Mundial de Clubes? La agencia Somos Argentina tiene dos opciones. Para Boca, la low cost, que incluye 11 noches de alojamiento 3 estrellas (9 en Miami y 2 en Nashville), aéreos, entradas para los tres partidos (categoría 3), todo por US$4990.
En cambio, si el alojamiento sube a 5 estrellas y los tickets a categoría 1, el costo es de US$7990. El detalle es que esta opción tiene cenas temáticas, kits de regalo, tours por la ciudad y asistencia personalizada durante todo el viaje.
Para River la alternativa de bajo costo está US$4950 pero son 10 noches de alojamiento (6 en Seattle y 4 en Nashville. Y la opción VIP asciende a US$8900.
Para quienes no cuentan con este presupuesto disponible, Quilmes sortea un viaje para los partidos de Boca-Bayern Munich y River-Monterrey. “Es que el hincha argentino es único. Su manera de vivir la pasión por el deporte no se encuentra en ningún otro lugar del mundo. No se trata solo del deseo de tener productos de sus equipos, va mucho más allá. Los argentinos como un todo, somos personas profundamente pasionales, fieles y leales a lo que amamos”, define Guido “Chapa” Lofiego, director de marca Quilmes.
“Por eso siempre apostamos a acompañar esas pasiones que definen al argentino. Entendemos que este sentimiento trasciende lo deportivo: somos pasionales en todas las aristas de nuestra personalidad, en cómo sentimos, cómo nos relacionamos y cómo celebramos. El argentino es particularmente pasional, obsesionado y fanático. Cuando hablamos de deporte —sin importar cuál sea, ni qué equipo esté en juego—, el nivel de pasión, fanatismo y entrega del hincha argentino es inigualable”, continua Lofiego.
Tanta es la pasión de los hinchas argentinos, que muchos gastan a escondidas de sus familias. “Ya no le digo cuánto me sale la remera, ni el conjunto deportivo. Pero me gusta tener la camiseta original, ir vestido de mi club a la cancha. Algunas cosas las dejo directo en el trabajo, como el termo, o los botines quedan en el baúl, pero son los que usan mi jugador favorito”, cuenta sin dar muchos detalles un fanático que sabe que el presupuesto excede lo que debería gastar por mes.
¿Cuánto gastarías para alentar a tu club? Queda claro que muchos van más allá de sus posibilidades, porque la pasión no tiene límites.
Fuente: TN
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Pasó por la última categoría del fútbol argentino, llegó al Inter Miami y sueña con jugar con Lionel Messi

El fútbol argentino es una fuente inagotable de talento y los equipos de todo el mundo ponen sus ojos en los futbolistas albicelestes.
En los últimas días, se destacó el nombre de un argentino, que juega en el Inter Miami: anotó un golazo y se volvió viral, pero no es Lionel Messi. Se trata de Lukas Mamed, delantero de 18 años que juega en la Sub 20 del equipo de la Florida.
En diálogo con TN, el jugador surgido de Náutico Hacoaj, que pasó por el torneo Promocional Amateur, la última categoría del fútbol argentino, contó cómo fue esa experiencia, dio detalles de su llegada al conjunto rosa y por supuesto, habló su ilusión de jugar junto al mejor de todos los tiempos. “Sería un sueño”, aseguró.
Del Promocional Amateur al Inter Miami sin escalas
En el 2024, la AFA tomó una decisión histórica: agregó una nueva categoría de las directamente afiliadas y le puso el nombre de “Promocional Amateur”. Esa medida le dio la posibilidad a clubes históricos de Buenos Aires de sumarse al fútbol semiprofesional, aunque con una importante condición para armar sus equipos: los jugadores no podían ser mayores de 25 años.
Uno de los equipos que más dio que hablar fue Nautico Hacoaj, conocido por su gran rendimiento en diferentes deportes y que esta vez incursionó en el fútbol con mayor seriedd. Dentro de ese joven plantel se encontraba Lukas Mamed, habilidoso delantero de 18 años, que supo brillar en el equipo y ser una de las figuras.
“En Hacoaj jugué desde que nací. Mi viejo y mi abuelo jugaron ahí, es mi segunda casa. Todos en el club son muy buenas personas”, recordó Lukas en diálogo con TN sobre sus inicios en el fútbol.
Por supuesto, se mostró muy agradecido con los miembros de la entidad de Tigre: “Les estoy muy agradecido a todos, a cada profe, a cada DT y a todos los que me ayudaron siempre a mejorar. Obvio a todos mis amigos de la categoría 2007 del club”.
Lukas reconoció que el salto al fútbol semiprofesional no fue nada sencillo: canchas nuevas, equipos no tan conocidos, jugadores que quieren mostrarse y pegar el salto, son algunos de los desafíos que tuvo que enfrentar Mamed cuando tenía apenas 17 años.
“Fue muy lindo jugar un torneo nuevo en el fútbol argentino como el Promocional Amateur. El club se enfocó en la competencia y tuvimos un torneo de locos, en el que nos quedamos a un puesto del ascenso”, recordó.
Además del gran desempeño dentro del terreno de juego, fuera de la cancha Náutico Hacoaj también se hizo viral por una “barrabrava” algo particular: nenes con banderas, bengalas y canciones muy pegadizas.
“Sobre la hinchada, (denominada ”Los borrachos del Shimón") son todos unos genios. Nos apoyaban a los jugadores y nos motivaban en todos los partidos”, dijo Lukas en un recuerdo con gracia y nostalgia.
El salto al Inter Miami para perseguir el sueño
Estados Unidos tiene un desarrollo particular para sus deportistas. La estructura fomenta el crecimiento de cada atleta prácticamente desde la secundaria y el fútbol particularmente está avanzando a pasos agigantados.
La llegada de Lukas Mamed al Inter Miami tuvo un trasfondo particular. “Un mes antes yo había hecho unas pruebas para becas deportivas universitarias con la empresa STS. Me fue muy bien y la propia empresa, de la mano de Martín Lozano, me consiguió la oportunidad a partir de un video mío jugando”.
Con probadas condiciones en el fútbol argentino, el delantero encantó a los directivos del equipo rosa y rápidamente se sumó a sus inferiores.
“Ahora en el Inter Miami juego en la categoría Sub 20, que participa de la liga UPSL. Es un torneo de edad abierta para el resto de los equipos, pero el Inter juega con una división juvenil″, contó.
El salto no fue nada fácil. Con el objetivo de cumplir su sueño, Lukas dejó su barrio, su club, sus amigos y muchas cosas más. Afortunadamente, todo eso se vio recompensado con su gran actualidad. Según sus propias palabras, todo fue más amigable de lo que se imaginaba.
“La adaptación fue muy rápida, ya que mis compañeros, los profes y todos en el equipo desde el primer día me hicieron sentir uno más”, afirmó.
Otro aspecto importante es la diferencia entre los estilos de juego de cada país: “En cuanto al fútbol, acá es distinto a la Argentina: mucho más intenso, pero ya me siento más cómodo”.
En sus primeros días, Mamed contó con una compañía especial que hizo todo más fácil: “Mi familia me acompañó a las pruebas y se quedó acá en Miami hasta que me adapte. Ellos ya se volvieron a vivir a la Argentina, pero hablo con ellos todos los días: me cuidan y apoyan a la distancia. Ahora estoy viviendo en una casa con una familia amiga de mis padres que me tratan perfecto y me hacen sentir muy cómodo”.
Y agregó: “Estoy feliz y disfrutando el día a día gracias a todos mis amigos y familia que me acompañan y están presentes, algo que es muy importante estando lejos”.
Del video viral a la ilusión de jugar con Lionel Messi
Luego de un gran rendimiento en el Promocional Amateur, Lukas Mamed volvió a ser tendencia en las redes sociales por un video que publicó la Academia del Inter Miami. En las imágenes se ve una gran jugada en la que gambeteó con máximo talento argentino y asistió a un compañero para el gol.
Desde la llegada de Lionel Messi, Miami se vistió completamente de celeste y blanco, y los argentinos disfrutan de esa revolución. Estando en el mismo club, Lukas lo vive de manera especial.
“Lo de Messi es increíble. Sigue siendo el mejor del mundo. Y estando en Miami siempre que puedo voy a verlo jugar, que es una locura”, aseguró. Además, se animó a ilusionarse con la chance de compartir cancha alguna vez: “La verdad es que estando en el Inter uno sueña aunque sea con poder entrenar algún día con el primer equipo. Sería un sueño poder compartir cancha, un ratito con Messi, Suárez, Busquets, Jordi (Alba) y todos esos fenómenos, ja”.
Si bien ya se dio un encuentro imborrable con el campeón del mundo, la foto por el momento se hace desear: “Me lo crucé, lo saludé, (tiene) la mejor onda siempre. Pero por el momento foto no tengo, pero lo vemos a veces entrenar o lo cruzo en el predio”.
En este momento tan especial de su carrera, Mamed está muy enfocado y lo reflejó con una contundente frase, como si fuera un experimentado para aprovechar y disfrutar del momento: “Mis objetivos hoy son entrenar bien y seguir mejorando. No pienso mucho a futuro. Tengo que ir día a día. Estoy en un club increíble, todo es muy serio y muy profesional”.
Fuente: TN