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"Me salió el doble": un turista pagó su comida con tarjeta y se sorprendió al saber el precio en efectivo

Un tiktoker llamado Luis Peña que viaja por el mundo se encuentra en Argentina y quedó sorprendido luego de haber comprado una hamburguesa con su tarjeta de crédito, ya que notó que el pago en efectivo era menor.

Luis Peña se encontraba visitando la ciudad cordobesa de Río Cuarto y compartió con sus seguidores de distintos países del mundo, cómo funciona el tipo de cambio en el país.

"Hoy hice un error muy grave, compré una hamburguesa con mi tarjeta de crédito en Argentina", manifestó en el inicio del video que subió a sus redes sociales.

En este sentido, el tiktoker decidió explicar cómo funcionaba el cambio junto al amigo argentino con el que se encontraba: "En la Argentina pasa algo de locos con la economía, yo acabo de comprar una hamburguesa y me salió 6,59 dólares con tarjeta. Si lo hubiera comprado con dinero, ¿cuánto me hubiese salido?", le preguntó a su amigo.

Fue así que el hombre le contestó que en pesos el costo era de $970 y le explicó cómo funciona el dólar en el país. En total, si el pago hubiese sido con billetes locales, la hamburguesa le hubiese costado 3,66 dólares.

Luego de la respuesta, Peña volvió a tomar la palabra y llegó a una breve conclusión: "Si yo como turista, con banco extranjero, uso mi tarjeta, me cambian al dólar oficial que es un cambio muy bajo. Mientras, si traigo dinero en efectivo y lo cambio al blue, en la calle me dan el doble del valor del oficial. ¡Significa que todo me sale la mitad de precio!".

Por otro lado, en la descripción del video, el influencer explicó nuevamente cómo funciona el tipo de cambio argentino.

Fuente: DiarioTAG

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Sufrió el robo de su bicicleta, un vecino se enteró y le regaló la suya: “Le hace más falta que a mí”

Marcelo Mamondes sufrió el robo de su bicicleta en la puerta de la comisaría de Villa Allende. Un vecino lo vio en la televisión y decidió regalarle la suya.

La semana pasada un joven fue a realizar un trámite en una comisaría de Córdoba y le robaron su bicicleta, la cual había dejado en la puerta del lugar. La historia salió en televisión y, una persona que estaba mirando, decidió tener un acto solidario para con él.

Uno de los protagonistas de esta historia es Marcelo Mamondes, la víctima del asalto. “La bicicleta la uso para todo, para ir al trabajo, hacer compras. Es indispensable para mí”, dijo tras el robo.

Luis, un vecino de Villa Allende, se comunicó con la redacción del noticiero que dio a conocer el hecho y les dijo que tenía una sorpresa para el joven. El hombre no lo dudó ni un segundo y decidió regalarle su bicicleta.

El hombre había dejado la bicicleta apoyada frente a un árbol. (Foto: Cadena 3)

El hombre había dejado la bicicleta apoyada frente a un árbol. (Foto: Cadena 3)

“Cuando vi en el informativo que le habían robado el elemento que utilizaba para ir a trabajar, pensé en dársela a él que le hace más falta. Es una cuestión de empatía. La uso para pasear de vez en cuando” explicó Luis.

Marcelo, conmovido por la actitud de su vecino, fue a buscar su regalo y se emocionó hasta las lágrimas. “Es una gran bendición. Ojalá Dios lo bendiga. Estoy muy agradecido a Luis y su familia por su gran gesto”, manifestó.

Con respecto al paradero de su bicicleta que fue robada, afirmó que las autoridades todavía no pudo avanzar en la investigación para poder encontrarla: “La policía no me ha llamado. Un día me acerqué yo y me dijeron que no tenían novedades, que me iban a llamar”.

Mientras tanto, ahora podrá ir a trabajar en su nueva bicicleta gracias al gesto de Luis. “Ojalá haya muchos Luis en este país, que den una mano como hizo este hombre”, cerró en diálogo con Telefe Noticias.

Fuente: TN

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Estuvo en pareja, se separó y a los 49 años decidió casarse con ella misma: “Me amo y me elijo”

Mariel revolucionó Córdoba con su postura y generó opiniones encontradas. En diálogo con TN aseguró que “casarse con ella misma” fue un proceso espiritual y personal que trabajó durante años.

En el último tiempo se ha escuchado cada vez más el concepto de amor propio. Pero la realidad es que es algo difícil de conseguir.

La sociedad está acostumbrada a poner el foco del amor en el otro, antes que en uno mismo. Y eso fue lo que Mariel Narbona, a sus 49 años, entendió y decidió cambiar por el resto de su vida. La mujer cordobesa tomó la decisión de casarse con ella misma en un voto de autoconocimiento y autoaceptación para luego poder amar en plenitud a otro.

Con una ceremonia íntima, Mariel selló su amor con ella misma luego de un largo proceso de autoconocimiento. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

Con una ceremonia íntima, Mariel selló su amor con ella misma luego de un largo proceso de autoconocimiento. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

El caso llamó mucho la atención en Córdoba, e incluso algunos creyeron que se trataba de otro ejemplo de sologamia (aquellas personas que deciden pasar el resto de sus vidas en compañía exclusivamente de ellos mismos). Pero, según contó Mariel a TN, ella lo hizo con otro objetivo: “Yo quería conocerme y me comprometo conmigo, me caso conmigo. Me comprometo a cuidarme, entenderme y escucharme”.

Mariel ya había pasado por el registro civil años atrás, cuando se casó con su exmarido. La experiencia, según remarcó, fue hermosa y lo repetiría mil veces, pero este era el momento de ella. De conocerse, aceptarse con lo bueno y lo malo, de entender qué es lo que acepta y en qué puntos pondría límites. “Me casé y me casé feliz. No me arrepiento, no odio a mis ex parejas ni a los hombres. Soy amiga de todos mis ex. Yo quería casarme conmigo como una especie de pacto y de auto conocimiento de saber lo que tengo para ofrecerle a otro”, reflexionó.

Celebró su amor con ella misma rodeada de sus amistades más cercanas. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

Celebró su amor con ella misma rodeada de sus amistades más cercanas. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

También agregó que no se cierra a la idea de poder volverse a unir en matrimonio con otra persona: “El día de mañana si se me da conocer a alguien y me caso bienvenido sea”. Aunque, gracias a su experiencia y los años transcurridos, “no cree que hagan falta papeles”.

“Me reencontré en la pandemia”

La pandemia del Covid- 19 fue un punto de inflexión para millones de personas que tuvieron que adaptarse a una nueva realidad. En este marco de incertidumbre y nuevos horizontes, Mariel hizo un análisis interno sobre su persona, relaciones y cosas que ya no quería para su vida. “Empecé a hacer cosas sola sin la necesidad de tener a la figura del otro como alguien que me complemente”, dijo.

Yo estoy completa, me gusta como soy, con mis cosas buenas y las malas, me amo y me elijo”, contó y de esta forma, con este pensamiento latente, llegó a la conclusión de que hacer una fiesta para celebrar su amor hacia ella misma era la forma perfecta de sellar ese camino de autoconocimiento.

Mariel y sus amigas en el festejo. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

Mariel y sus amigas en el festejo. (Foto: Gentileza Mariel Narbona)

“Esto se dio porque justo caía mi cumpleaños y yo siempre los celebro de alguna forma en especial. Soy arquitecta, me encanta crear y siempre hago cosas nuevas. Para este año se me ocurrió, luego de vivir un montón de procesos internos, darme este voto de amor”, agregó.

A su vez, incentiva a aquellas personas que estén en el mismo camino del autoconocimiento, a que se animen a redescubrir aquellos aspectos o zonas que quizás no tienen tan presentes en el día a día. “Estar solo y darse su espacio es fundamental para conocernos y de ahí si puedo amar al otro en perfecta conciencia”, sumó.

En cuanto al casamiento, contó que “fue algo muy íntimo”. ”Había una mesa que representaba el registro civil con lugar para mi amiga que iba a hacer de jueza, y otras dos amigas que eras las testigos. Hubo votos que me dije a mí misma y después lo que es una fiesta típica”.

Fuente: TN

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Rescató un gato de la calle, lo convirtió en un furor de TikTok y consiguió el trabajo de sus sueños

Yanina se dedicó 11 años al comercio pero sentía que nada de eso la completaba. En plena cuarentena le creó redes sociales a sus mascotas y rápidamente comenzó a viralizarse. Eso, asegura, fue lo que la ayudó a dar el gran salto para dejar todo y ser catsitter.

En medio de la cuarentena, Yanina comenzó a subir historias en su cuenta de Instagram con sus gatitos Armin y Gaia sin sospechar que esa iba a ser la puerta a una nueva oportunidad. Al tiempo rescató a Houdini, un gato siamés cuya socialización mantuvo en vilo a todo TikTok y que gracias a ello le generó miles de seguidores. Hoy es la “Karen” (término de las redes para hablar de mamás gatunas) más famosa de las redes y a través de ellas encontró su verdadera pasión: trabajar como catsitter (niñera de gatos)

La aparición de Houdi no solo le abrió la puerta a Yanina a un “amor inconmensurable”, sino también a atreverse a más y pelear por sus sueños. La joven se dedicó toda su vida laboral al comercio, pero sus gatitos y “la comunidad” que se generó en sus cuentas le dieron el empujón que más necesitaba.

Armin, el gato

Cuando la joven de 32 años terminó la secundaria y la profesora la llamó para que reciba su título, en una suerte de breve descripción la definió como “la chica que es capaz de dejar todo por llevar a su gato al veterinario”.

Nadie puede discutir de su amor por los felinos y ella misma asegura que no puede vivir sin tenerlos de mascota. Por ello, con el paso de los años hizo parte de su vida a Gaia y a Armin, aunque sin saberlo, este último terminaría por enamorar a todo TikTok.

“Yo siempre creí que él tenía mucho potencial porque subía historias a Instagram y siempre me decían que querían conocerlo. Llamaba la atención por el bigote de Dalí y porque en sí era un personaje de 10 kilos. La conexión que teníamos era increíble, con una mirada nos re entendíamos”, explicó Yanina a TN.

Esto la llevó a abrirle sus propias redes, @arminelgato, para compartir sus travesuras diarias. “Subí un video de él bañándose con una música sexy y enseguida tuvo muchas reproducciones. Yo no entendía nada, pero empecé a hacer contenido todos los días y la gente se copó”, detalló y agregó: “Terminó cambiándome la vida”.

Sin embargo, en medio del auge de la viralización, una triste noticia la sacudió. “Armin falleció de golpe y fue muy triste tener que contarlo. Tenía 50 mil seguidores y decir eso cuando subía contenido todos los días fue duro, pero sentí que tenía que hacerlo”, explicó. “Fue algo natural, a la mañana estuve con él y tengo videos de esos momentos que no volví a ver más. Yo me fui a lo de una amiga y cuando volví estaba mal y se murió en mis brazos. Siento que me esperó porque era muy mamero”, destacó.

Con la partida de Armin y muchos seguidores en sus redes sociales, Yani se replanteó qué utilidad darle ahora a ese TikTok vacío. “Quería hacer algo lindo, ayudar a los gatos con esta cuenta y me apareció una publicación de las chicas de @gatitesdecentenario pidiendo voluntarias para alimentar a los animales del parque así que empecé a mostrarlas en mis redes”, explicó.

La llegada de Houdini, el gatito escapista

En duelo aún, la joven decidió comenzar a transitar gatitos rescatados hasta que le llegó el rumor de que había uno, muy bebé, que estaba solo por la zona, pero que no se dejaba agarrar. Sin embargo, con ayuda de las chicas de la organización y una jaula trampa logró atraparlo.

Pero algo pasó. “Lo dejé en un tránsito y a los cinco minutos me llamaron porque se había escapado. Yo les había advertido que lo dejen encerrado porque era probable que tenga miedo pero lo dejaron suelto en el living y se tiró por el balcón. Se salvó porque cayó arriba de un auto”, explicó.

Desde ahí comenzó la travesía para encontrarlo nuevamente. “Me quedaba hasta las 3 para agarrarlo y estuve 10 días hasta que cayó”, detalló. “Lo llevé a mi casa y le puse Houdini porque es escapista”, contó entre risas.

Houdi, como lo bautizaron sus fans, tenía menos de cinco meses cuando su vida cambió y aunque Yanina pensaba que la adaptación iba a ser sencilla, nada de eso ocurrió. “Los primeros días yo sentía que iba super rápido, pensé que como mucho en dos semanas se calmaba pero no, con el tiempo comenzó a ponerse agresivo y la gente opinaba mucho en las redes”, lamentó.

“Pelee mucho conmigo pensando en si lo adoptaba porque sentía que él tenía más oportunidades al ser un siamés, pero no lo quería dar hasta que no socialice. Así fueron pasando los meses y creo que era el destino: si él aflojaba al mes, yo lo daba en adopción pero al haber hecho todo el camino que hicimos me llevó a quedármelo”, remarcó.

Yani y los leves acercamientos de Houdi. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

Yani y los leves acercamientos de Houdi. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

“Me rompía el alma pensar que si iba a otra casa iba a tener que empezar de cero; después de todos los rasguños que me llevé, de llegar a mi casa re cansada y quedarme en la cocina con él jugando para que me vaya perdiendo el miedo sentí que no podía darlo”, sostuvo.

Aunque mucha gente le decía que era momento de rendirse, en la cabeza de la joven nunca tuvo lugar esa idea. “En un año que duró la socialización me acuerdo de momentos puntuales como la primera vez que salió de la cocina, su primera caricia, la primera vez que se subió a una cama”, agregó.

“Me di cuenta de que le gustaba la tele y le ponía videos. Tenía mucho miedo a todo, no saltaba, no se subía a lugares altos, le podía dejar todo el día la comida en la mesada y no iba a subir. La primera vez que se subió a una silla fue un gran avance. Después de eso pasaron meses hasta que se acercó a mi”, contó.

Houdi y Gaia compartiendo una siesta. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

Houdi y Gaia compartiendo una siesta. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

Pero finalmente, hace pocas semanas, el milagro ocurrió. “Se dejó acariciar, con golosinas de por medio, pero está descubriendo que eso le gusta. El mimo en un primer momento era duro y ahora por momento afloja”, explicó Yani entusiasmada.

De profesión: catsitter

Las redes le abrieron un mundo distinto a la joven que hace 11 años se dedicaba al comercio. “No era lo que quería en mi vida ni lo que me hacía feliz. Renuncié y no sabía que iba a hacer, pero sí sabía que tenía el respaldo de las redes y un público que iba a compartir mis posteos. Eso me motivó a pegar el salto”, sostuvo.

Después de incursionar por distintos emprendimientos, surgió la propuesta por parte de una amiga. “Ella se iba de viaje y me preguntó si le cuidaba los gatos. Luego de esa experiencia comencé a ofrecerme en las redes como para que me entre algo de plata y el primer día ya empezaron a contratarme”, explicó. “Era gente que me seguía, no eran conocidos”, aclaró.

Ese fue su gran paso a un nuevo amor, el que hoy asegura “es mucho mejor de lo que había soñado” y que este cambio se lo debe a Houdi. “Él me cambió la vida porque nunca me hubiera imaginado trabajar de esto”, sostuvo.

“Me emociona haberlo logrado después de tantos años de trabajar en relación de dependencia, de años de irme a dormir pensando en cómo sería trabajar de manera independiente, sacando las cuentas de cuánto tenía que vender para costear mis gastos, siempre ilusionada”, recordó.

Además, animó a que más personas vayan tras sus deseos. “Cuento todo mi proceso en las redes para demostrar que se puede arrancar desde muy abajo. Soy una piba que hoy trabaja de lo que ama, pero nadie me ayudó, fue puro esfuerzo y valentía mía, porque salir de la zona de confort es difícil, da miedo y eso me gusta mostrarlo y contarlo”, destacó.

Hoy su trabajo implica pasar tiempo con los gatitos, darles de comer, limpiar sus areneros y básicamente jugar con ellos. “Me piden mucho para los fines de semana largos, vacaciones o viajes. Muchas veces el animal es muy territorial y no puede convivir con otros en un hotel, por ejemplo, o por el estrés de moverlo de su lugar”, explicó y además, comenzó un emprendimiento de camitas antiestrés para mascotas.

Houdini y sus primeros besos. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

Houdini y sus primeros besos. (Foto: gentileza Yanina Maciel)

Yani, asegura que aunque todavía le queda mucho recorrido con Houdini, no piensa en rendirse. “Es importante tener paciencia por sobre todas las cosas, y amor. No forzar. Un gatito no es sinónimo de ser mimoso porque no todos lo son, algunos tienen su carácter y hay que entenderlos. Aprender a querer al otro sin poseerlo”, concluyó.

Fuente: TN

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