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CORRIENTES: UN DETENIDO SE AHORCÓ EN LA COMISARÍA DE RIACHUELO

Se trata de un joven de 18 años con antecedentes penales. Desde la Policía aclararon que fue detenido por ingresar a una casa quinta de San Cayetano. Luego de ser hallado ahorcado en su celda, lo trasladaron de inmediato al Hospital Escuela donde ingresó sin vida.

El joven, de apellido Benítez, fue reducido en el lugar por la policía y trasladado a la seccional de Riachuelo, donde quedó a disposición de la Justicia, confirmaron desde la Jefatura de Policía.

 

En ese momento todo parecía un procedimiento normal y conforme a la ley hasta que en horas de la tarde de este viernes, un efectivo policial -que se encontraba de guardia-, descubrió que el joven de 18 años se había ahorcado en la celda donde estaba alojado.

 

Benítez fue trasladado de manera urgente al hospital Escuela y se realizó un cordón sanitario para que el móvil que lo llevaba pueda llegar con mayor rapidez, pese a ello y al esfuerzo de los profesionales, el joven perdió la vida. Desde la Policía aseguran que su fallecimiento se produjo durante el camino.

La misma fuerza de seguridad aclaró que el detenido contaba con antecedentes penales. Además, había estado internado en el hospital de Salud Mental por problemas con las drogas.

 

Su cuerpo fue trasladado al Instituto Médico Forense, a los efectos de realizarle la correspondiente autopsia.

Actualidad

Cómo evitar lágrimas al cortar cebollas, según la ciencia

Pocas tareas domésticas generan tanta molestia como cortar cebollas . Aunque esencial en miles de recetas, este simple acto puede provocar una avalancha de lágrimas. Pero ahora, la ciencia parece tener una solución. Un equipo de físicos de la Universidad de Cornell, encabezado por Sunghwan Jung, investigó el fenómeno desde una perspectiva inusual: física de fluidos y dinámica de partículas. Sus hallazgos, publicados por New Scientist, podrían cambiar la forma en que entendemos esta rutina culinaria.

Los investigadores, liderados por Sunghwan Jung, estudiaron cómo reducir las lágrimas al cortar cebollas, observando la dispersión del compuesto sin-propanetial-S-óxido. Este elemento que actúa directamente sobre los nervios del ojo responsables de la producción de lágrimas, generando esa molesta reacción lacrimal.

Según informó New Scientist, cualquier pequeño cambio en el método de corte puede incidir directamente en la cantidad de compuestos que libera la cebolla, sugiriendo que se puede minimizar este problema mediante técnicas y herramientas de corte específicas.

La investigación de Sunghwan Jung y su equipo

En un intento por comprender mejor el proceso de corta de cebollas y cómo reducir los efectos lacrimógenos, Sunghwan Jung y su equipo en la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, emprendieron una detallada investigación científica. Utilizando herramientas de alta tecnología, analizaron el spray producido al cortar cebollas, lo que les permitió observar la dispersión de las partículas en el aire.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores utilizaron una guillotina montada con una cuchilla de acero delgada, la cual liberaban desde arriba para cortar un cuarto de cebolla. Estas cebollas habían sido cubiertas con pintura negra en aerosol, lo que facilitaba el seguimiento de la dispersión de partículas.

El equipo también utilizó un microscopio electrónico para medir con precisión el ancho de la punta de la cuchilla, que variaba entre 5 y 200 milímetros. Además, ajustaron la altura de la cuchilla para modificar la velocidad de corte, manejando rangos desde aproximadamente 0.4 a 2 metros por segundo.

Este método mostró cómo el grosor de la cuchilla y la velocidad del corte influyen en la expulsión de las partículas químicas irritantes. El meticuloso trabajo de Jung y su equipo constituye un ejemplo de cómo la ciencia puede ser aplicada a situaciones cotidianas para mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, queda por ver cómo estos hallazgos serán recibidos y aplicados en prácticas culinarias.

Resultados del estudio

Los hallazgos obtenidos por Sunghwan Jung y su equipo indican mecanismos para evitar o al menos limitar las lágrimas al cortar cebollas.

El estudio demostró que las cuchillas más afiladas tienden a producir menos y más lentas partículas, con una energía significativamente reducidas.

Este resultado sugiere que, al usar una cuchilla desafilada, la deformación de la superficie de la cebolla acumula energía elástica y presión interna que, al liberarse, provoca una explosión más vigorosa de partículas.

Un dato sorprendente es que una cuchilla desafilada puede generar hasta 40 veces más partículas que una cuchilla afilada. La velocidad con la que se efectúa el corte tampoco es una cuestión menor; una mayor rapidez puede incrementar hasta cuatro veces el número de partículas liberadas en comparación con cortes más lentos.

En consecuencia, picar la cebolla con cuchillas afiladas y a menor velocidad podría ayudar a reducir la cantidad de compuestos irritantes liberados durante el proceso.

A pesar de que estos resultados parecen prometedores los investigadores, además, dejaron algunas preguntas abiertas en cuanto a cómo estas observaciones podrían traducirse en prácticas culinarias convencionales.

Consejos prácticos derivados del estudio

Pese a las limitaciones para una aplicación exacta, el estudio de Jung sí deja recomendaciones útiles y fáciles de aplicar en cualquier cocina:

  • Usar cuchillos muy afilados: la diferencia es abismal. Según el estudio, un cuchillo desafilado puede liberar hasta 40 veces más partículas irritantes que uno bien afilado.
  • Cortar a menor velocidad: los movimientos lentos reducen la energía del corte y, con ella, la dispersión de compuestos irritantes.
  • Mantener la cebolla fría: aunque no fue parte del experimento, estudios previos han mostrado que refrigerar la cebolla antes de cortarla también reduce la volatilidad de los compuestos.
  • Ventilar bien el espacio de trabajo: abrir ventanas o usar extractores ayuda a dispersar los químicos antes de que lleguen a los ojos.

Fuente: Infobae

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Salud

Comió solo alimentos proteicos envasados durante 21 días y su cuerpo reaccionó de forma inesperada

Comió solo alimentos proteicos envasados durante 21 días y su cuerpo reaccionó de forma inesperada
Su alimentación solía basarse en productos frescos y cocinados en casa: huevos, frutas, verduras, arroz, porotos, y carnes.

Durante el experimento de 21 días llevado a cabo por Paul Kita, periodista de Men’s Health, el objetivo principal fue entender el impacto que una dieta rica en proteínas podría tener tanto en su desarrollo muscular como en su bienestar general.

El acercamiento de Kita a esta exploración fue directo: incorporar a su vida diaria la mayor cantidad posible de productos envasados ricos en proteínas.

Desde cereales hasta yogures, pasando por refrescos y brownies, cada alimento fue cuidadosamente elegido para evaluar su contribución al desarrollo muscular y su palatabilidad.

Desde el inicio, Kita dejó claro que su dieta habitual se alejaba de lo que se conoce como comida ultraprocesada.

Su alimentación solía basarse en productos frescos y cocinados en casa: huevos, frutas, verduras, arroz, porotos, y carnes. Si bien había experimentado previamente con batidos de proteínas y suplementos, había optado por una dieta más natural en los últimos años.

Con esta base, el periodista especializado en nutrición, se encontraba escéptico, pero decidido a descubrir si los productos ricos en proteínas podrían replicar los beneficios que había obtenido en su juventud.

Las primeras impresiones del experimento no fueron del todo positivas. Durante la semana inicial, Kita notó una homogeneidad en el sabor de los productos: un dulzor persistente y, a menudo, artificial.

Este dulzor provenía de edulcorantes como la stevia y la sucralosa, que, aunque evitaban un alto contenido en azúcares, dejaban un regusto empalagoso.

Además, se enfrentó a sabores confusos etiquetados como “ponche tropical” o “limonada helada”, estrategias que parecían más diseñadas para impresionar visualmente que para satisfacer el paladar.

Más allá del sabor, los efectos físicos no tardaron en manifestarse. Kita experimentó molestias gastrointestinales significativas, atribuibles tanto a los productos en sí como al aumento brusco de ingesta proteica, que oscilaba entre 150 y 200 gramos diarios.

La altísima cantidad de proteína y fibra contribuyó a un malestar estomacal que solo comenzó a disminuir a medida que su cuerpo se acostumbraba a la nueva dieta.

En esta etapa, los productos como pastas proteicas ofrecían altos beneficios en términos de proteína, pero también causaban hinchazón debido a su elevado contenido en fibra.

Según reveló en su columna, a medida que el experimento progresaba, observó cambios en su relación con la comida. La saciedad se adueñó de sus jornadas hasta el punto de evitar antojos y disminuir su consumo habitual de frutas y verduras.

Aunque reconocía la eficiencia de los productos proteicos para mantener un estado de saciedad, percibía una falta de satisfacción general al comer.

Con la llegada de la tercera semana, la percepción de Kita comenzó a cambiar. Su cuerpo, aparentemente, se había adaptado, y ya no experimentaba el mismo nivel de malestar intestinal.

Al mismo tiempo, notó un incremento en sus ganas de ejercitarse más intensivamente, aprovechando el exceso de proteína en su cuerpo.

Aumentó la frecuencia de sus visitas al gimnasio, incluyó el levantamiento de pesas en casa y sintió un impulso renovado hacia la actividad física, aunque los cambios corporales fueron sutiles.

“Después de tres semanas de consumir productos ricos en proteínas en cada comida y snack y noté un cambio. Aunque mi peso y las medidas de mis bíceps se mantuvieron iguales, mi pecho aumentó más de 1,25 cm. No es poca cosa", afirmó Kita.

Tras tres semanas de experimentación, Kita concluyó que, aunque los productos envasados ricos en proteínas pueden ser eficientes para ciertos objetivos específicos, carecen de la satisfacción compleja y completa que proporciona la comida real.

Su reflexión final invita a un retorno a comidas menos procesadas, celebrando la satisfacción de las dietas integrales.

Al expandir esta experiencia personal a un contexto más amplio, es importante considerar la creciente investigación sobre el impacto de la proteína en la salud, como lo discuten las publicaciones de los estudios realizados por Multidisciplinary Digital Publishing Institute (MDPI) y Frontiers.

En estos análisis, se subraya el papel crucial de la proteína en la preservación de la masa muscular, especialmente en adultos mayores, donde la sarcopenia, o pérdida de masa muscular, es una preocupación constante.

Mantener o aumentar la ingesta de proteínas es esencial para prevenir la fragilidad y mantener la independencia en la vejez.

Por otro lado, el crecimiento de una dieta basada en proteínas vegetales no solo responde a preocupaciones sanitarias, sino también ambientales.

Las fuentes de proteínas más sostenibles ayudan a mitigar los efectos negativos del excesivo consumo de proteínas animales.

Sin embargo, el tema de la biodisponibilidad y digestibilidad de las proteínas vegetales en comparación con las animales sigue siendo un área de investigación activa.

Para los atletas, como analiza la revista Frontiers, la ingesta de proteínas, especialmente en combinación con carbohidratos, puede mejorar el rendimiento de resistencia al aumentar los niveles de glucógeno muscular.

Fuente: Infobae

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Actualidad

Pesan a las vacas con un dron: la historia de los estudiantes que rompen los paradigmas de la IA en el campo

Antes del desarrollo de la Inteligencia Artificial las opciones para aumentar la rentabilidad o agregar valor al campo era vertical. La lógica de mercado indicaba que si el productor tenía vacas, ponía una carnicería en el pueblo; o si tenía cabras, por ejemplo, también se dedicaba a la venta de quesos y sus derivados.

El avance de la tecnología no solo multiplicó las posibilidades de expansión de los negocios y facilitó las tareas diarias del agro, sino que abrió la tranquera a la diversificación de proyectos y a que profesionales de otros ámbitos apuesten al sector.

“No somos del agro, todo surgió en la facu”

Tal es el caso de un grupo de estudiantes de ingeniería eléctrónica, telecomunicaciones y economía de Uruguay, que desarrolló una herramienta que permite “acercar la balanza al ganado, y no el ganado a la balanza”.

Erik Wansart (26), uno de los socios del proyecto, en diálogo con TN indicó que “fue increíble la respuesta” que tuvieron con la idea. “No somos del palo del agro, todo surgió en la facu y el objetivo era encontrar básicamente un punto de dolor, una necesidad real de los productores”, explicó.

El joven aseguró que la propuesta “puede ser implementada por cualquier persona, no tiene mucha ciencia” y que, de ser necesario, ellos ofrecen la capacitación pertinente. “El productor debe mandar el video de la desfilada de hacienda en un pasillo imaginario, lo sube a la plataforma y ahí se gestiona toda la información”, dijo.

Puntualmente con un drone se graba al ganado desde una altura determinada, las imágenes registradas se cargan a la aplicación, y luego es posible conocer, a través de un informe digital, el número de animales que conforman el lote y el peso de cada cabeza, con un margen de error de apenas 5% en categorías superiores a 250 kg.

Además del pesaje y el conteo, esta tecnología que ya funciona en Uruguay y Argentina, es importante también para la seguridad de los campos porque facilita el “control regular de los lotes con facilidad, evitando pérdida de tiempo y gastos de movilidad”.

“No vamos a sustituir mano de obra”

“Venimos a romper el paradigma tradicional de trabajo, pero no a sustituir la mano de obra sino a que la mano de obra sea más eficiente, esté más capacitada y tenga más valor”, analizó Erick.

Contó que la gente del agro que colaboró con esta innovación “fue parte de la solución”, y que la comunicación es la clave. “Todo fue muy pensado desde el punto de vista del productor, tuvimos su feedback directo y eso estuvo buenazo para el producto final”, consideró.

Los jóvenes están tendiendo puentes para llegar a Colombia, México y Estado Unidos, buscando “aplicar soluciones a los problemas reales”. “Nosotros tenemos el deseo profundo de aportar en el campo, como profesionales vemos que hay muchas posibilidades en el sector”, concluyó.

Quiénes integran el equipo

Ramiro Sosa, Manuel Navarrete, Luis Porras son los estudiantes emprendedores que junto a Erick Wansart y Gonzalo, socio capitalista, lanzaron al mercado Ganader IA.

Fuente: TN

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