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Cómo eliminar restos de pesticidas en frutas y verduras, según expertos

Las frutas y verduras frescas son alimentos esenciales en cualquier dieta saludable, pero su consumo también plantea dudas sobre la presencia de residuos de pesticidas. Aunque su aspecto sea impecable y provengan de canales certificados, la posibilidad de que conserven compuestos químicos invisibles sigue generando preocupación.

La limpieza y la seguridad de los productos frescos forman parte de la vida cotidiana, incluso para quienes eligen opciones “orgánicas” o “naturales”. Ante este escenario, saber cómo minimizar estos riesgos de un modo sencillo y efectivo marca la diferencia en la alimentación diaria.

Lavar frutas y verduras frescas con agua fría y limpia es, según especialistas citados por Verywell Health, la forma más sencilla y eficaz de reducir los residuos de pesticidas. A pesar de la existencia de productos comerciales y métodos alternativos, la evidencia respalda que el enjuague bajo el grifo sigue siendo la medida más conveniente y accesible para promover la seguridad alimentaria en el hogar. Sin embargo, ni siquiera este método puede eliminar por completo todos los residuos presentes.

Enjuague bajo el grifo: alcance y limitaciones

El lavado con agua fría elimina suciedad, insectos y adhesivos de etiquetas, contribuyendo también a disminuir la presencia de pesticidas en la superficie de los alimentos. Verywell Health señala que, en la mayoría de los casos, este procedimiento basta para reducir una parte considerable de los compuestos presentes. A pesar de esta eficacia, los pesticidas pueden atravesar la piel de las frutas y verduras e impregnarse en la pulpa, lo que impide eliminarlos completamente mediante el lavado.

Otras técnicas, como el pelado o la cocción, ofrecen beneficios limitados. Al pelar, se remueven ciertos pesticidas superficiales, pero muchos atraviesan la cáscara y permanecen en el interior.

Además, eliminar la piel implica perder nutrientes valiosos. En cuanto a la cocción, la mayoría de los pesticidas son termoestables y no se degradan fácilmente con el calor, lo que reduce el impacto de este proceso sobre la presencia de residuos.

La inevitabilidad de los residuos y el significado real de las etiquetas

Residuos de pesticidas pueden aparecer incluso en productos etiquetados como “orgánicos”, “naturales” o “libres de pesticidas”, hecho que subraya verywell health de manera clara.

Estas etiquetas responden a normativas que pueden permitir el uso de pesticidas naturales o no sintéticos, y son insuficientes para garantizar la ausencia total de compuestos. De hecho, la única forma real de garantizar que un alimento está completamente libre de pesticidas sería conocer cada etapa de su producción, algo inviable para la mayoría de los consumidores.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) establece límites estrictos en los residuos permitidos de pesticidas sintéticos y recalca que trazas mínimas no representan un peligro para la salud pública, de acuerdo con Verywell Health. Aun así, la información sobre la presencia de estos compuestos no figura en las etiquetas de ingredientes, lo que genera incertidumbre sobre la composición auténtica de los productos frescos.

Desde 2025, entraron en vigencia modificaciones en los requisitos para el registro de pesticidas en Estados Unidos, situación que ha complicado el monitoreo para los agricultores. Por este motivo, ni siquiera los propios productores pueden asegurar con certeza la ausencia total de residuos en sus cosechas. El control absoluto sobre el proceso resulta casi imposible en la producción a gran escala.

Productos comerciales de lavado y su eficacia

En el mercado existen productos comerciales orientados al lavado de frutas y verduras, pero Verywell Health advierte que su eficacia para eliminar pesticidas no está comprobada. Además, el uso de estos productos puede dejar otros residuos sobre los alimentos, introduciendo nuevas sustancias no deseadas en la dieta diaria. Añadir productos adicionales durante el lavado no resuelve el problema de raíz y puede generar incertidumbre sobre los compuestos ingeridos.

A la luz de la evidencia científica, la recomendación prioritaria se mantiene inalterable: el enjuague con agua fría y limpia es la opción más segura y práctica para reducir los residuos de pesticidas en frutas y verduras frescas. Este método permite mejorar la seguridad alimentaria, limita la exposición a compuestos indeseados y evita problemas ligados al uso de productos químicos adicionales durante el lavado.

En definitiva, aunque la eliminación completa de residuos de pesticidas no es viable en el contexto actual, lavar adecuadamente los alimentos frescos sigue siendo una medida fundamental e insustituible para minimizar riesgos en el consumo diario.

Fuente: Infobae

Salud

Los errores más comunes al descongelar carne y cómo prevenir intoxicaciones

Dejar la carne sobre la mesada “para que se descongele sola” puede parecer una costumbre inofensiva o incluso práctica. Sin embargo, detrás de ese gesto cotidiano se esconde uno de los mayores errores en la manipulación de alimentos.

La carne cruda, cuando permanece demasiado tiempo a temperatura ambiente, se convierte en el escenario perfecto para la proliferación de bacterias peligrosas como Salmonella, E. coli o Listeria.

Especialistas de Sportlife y de la Universidad de Harvard advierten que un descongelado incorrecto puede no solo arruinar el sabor y la textura del alimento, sino también poner en riesgo la salud.

Las bacterias pueden multiplicarse en cuestión de minutos cuando la carne entra en la llamada “zona de peligro” (entre 4°C y 60°C). Por eso, conocer los errores más frecuentes —y cómo evitarlos— es clave para garantizar la seguridad alimentaria en casa.

Descongelar parcialmente y volver a congelar la carne aumenta el riesgo de contaminación alimentaria (Freepik)

1. Dejar la carne a temperatura ambiente

Uno de los errores más comunes es dejar la carne sobre la mesada durante horas. Según Harvard Environmental Health & Safety, los alimentos perecederos nunca deben descongelarse a temperatura ambiente, ya que en ese rango las bacterias se multiplican rápidamente.

La opción más segura es hacerlo en el refrigerador, donde la temperatura se mantiene constante. Si se necesita acelerar el proceso, se puede recurrir al microondas en modo descongelación o al baño de agua fría, cambiando el agua cada 30 minutos.

2. Usar agua caliente o microondas sin supervisión

El agua caliente puede calentar de forma desigual y generar zonas propicias para el crecimiento bacteriano. Lo mismo ocurre si se usa el microondas sin controlar el tiempo: parte del alimento puede comenzar a cocinarse mientras otra permanece congelada.

Lo correcto es sumergir la carne en agua fría dentro de una bolsa hermética, renovando el agua cada media hora.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) recomienda usar siempre la función específica de descongelación del microondas y girar la carne varias veces para un resultado uniforme.

3. Dejarla fuera del refrigerador durante la noche

Esta práctica es tan habitual como peligrosa. Dejar la carne a temperatura ambiente durante toda la noche la expone durante horas a la zona de riesgo. Según el Food Safety and Inspection Service estadounidense, ningún alimento perecedero debe permanecer más de dos horas fuera del frío.

4. Descongelar parcialmente y volver a congelar

Descongelar un trozo de carne y luego volver a congelarlo es un error frecuente que puede tener consecuencias. Durante la descongelación, las bacterias comienzan a multiplicarse, y la recongelación no las elimina. Si se descongela más cantidad de la necesaria, lo ideal es cocinarla completamente y refrigerar las porciones sobrantes.

5. Ignorar las instrucciones del fabricante

Los productos congelados suelen incluir indicaciones específicas sobre su descongelación. Respetarlas garantiza tanto la seguridad como la textura y sabor adecuados del alimento.

6. No planificar con tiempo

Descongelar “a último momento” puede llevar a decisiones riesgosas, como recurrir al agua caliente o dejar la carne sobre la mesada. Planificar las comidas con antelación permite descongelar de manera segura en el refrigerador.

7. Usar el horno o el calor para acelerar el proceso

El horno o las fuentes de calor pueden elevar la temperatura de la superficie mientras el centro sigue congelado, generando un ambiente ideal para las bacterias. Por eso, los especialistas desaconsejan este método y recomiendan optar por el refrigerador o el baño de agua fría.

Diversas investigaciones respaldan estas recomendaciones. Un estudio publicado en Frontiers in Nutrition demostró que las muestras de carne descongeladas a temperatura ambiente desarrollaron más bacterias y mayor pérdida de jugos que las descongeladas en refrigerador.

Adoptar hábitos seguros en la cocina puede marcar la diferencia entre una comida deliciosa y un riesgo para la salud. Tal como señala Harvard, la seguridad alimentaria comienza con pequeñas decisiones cotidianas: mantener el frío, evitar la improvisación y descongelar con conciencia. Con planificación y buenos hábitos, es posible disfrutar de carnes más seguras, sabrosas y saludables.

Fuente: Infobae

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Salud

Cuál es el fruto seco con más proteínas que el huevo y ayuda a reducir el colesterol

Diversas personas buscan actualmente estrategias para incrementar el consumo de proteínas sin elevar el costo de su alimentación ni complicar su rutina diaria.

En este contexto, el maní aparece como una alternativa valiosa, accesible y versátil. Según expertos de Harvard Health, además de ser económico y ampliamente disponible, el maní ofrece un perfil nutricional robusto, comparable al de los frutos secos más reconocidos, y brinda beneficios adicionales tanto en términos de aporte proteico como en salud cardiovascular.

Cuáles son los beneficios del maní para la salud

El maní sobresale por su impacto positivo en la salud del corazón, gracias a su alto contenido de grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL y aumentan el colesterol HDL.

Investigadores de Harvard Health señalan que estos nutrientes pueden disminuir el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Además, compuestos presentes en el maní, como los polifenoles y el resveratrol, actúan como antioxidantes y contribuyen a la reducción de la inflamación. Los fitoesteroles refuerzan este efecto al bloquear la absorción de colesterol en el intestino, lo cual mejora la protección cardiovascular de manera natural.

Adicionalmente, el consumo regular de maní ha sido asociado con mejor rendimiento cognitivo y reducción de la respuesta al estrés, al mismo tiempo que favorece la producción de serotonina, apoyando el estado de ánimo. El ácido fólico presente en el maní resulta esencial para el desarrollo fetal y la salud hepática, mientras que su combinación de nutrientes apoya el procesamiento del azúcar por parte del páncreas.

Huevo vs maní: cuánta proteína aporta cada uno

Una de las características más llamativas del maní es su significativo aporte proteico. De acuerdo con especialistas de Harvard Health y Mayo Clinic, 100 gramos de maní contienen cerca de 25 gramos de proteínas, comparados con los aproximadamente seis gramos que aporta un huevo grande.

Esto transforma al maní en una fuente vegetal excepcional de proteínas, ideal para quienes buscan alternativas fuera del ámbito animal o desean sumar variedad y calidad proteica a su dieta. Elegir el maní posibilita cubrir necesidades nutricionales básicas sin necesidad de recurrir a opciones más costosas.

Cuánto maní se puede comer por día

Los expertos recomiendan incorporar el maní en cantidades moderadas y sin sal para aprovechar todos sus beneficios sin exceder el consumo calórico.

Una porción diaria apropiada corresponde a un puñado pequeño, suficiente para integrarse en la alimentación cotidiana y brindar nutrientes esenciales. Aunque el maní es rico en energía, el consumo excesivo puede favorecer el aumento de peso, por lo que se aconseja medir su ingesta. Es fundamental que las personas con alergia al maní lo eviten, ya que puede ocasionar reacciones adversas graves.

El valor nutricional del maní

El maní se distingue por un perfil nutricional integral, avalado tanto por Harvard Health como por la Mayo Clinic. Este alimento se caracteriza por su alto contenido de proteínas, grasas insaturadas saludables y fibra, elementos fundamentales para una dieta equilibrada. Los especialistas destacan que el maní aporta una proporción significativa de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, asociados con la protección cardiovascular y la reducción del colesterol LDL.

En cuanto a su contenido de micronutrientes, el maní es fuente de magnesio, potasio, fósforo, zinc y vitamina E. El ácido fólico, abundante en este alimento, resulta especialmente relevante para mujeres embarazadas o en etapa de planificación, ya que promueve el desarrollo fetal adecuado. Además, el aporte de niacina y antioxidantes como polifenoles y resveratrol ofrece protección antioxidante y contribuye a reducir la inflamación, respaldando la salud cerebral, metabólica y hepática.

Especialistas de Mayo Clinic remarcan que el consumo habitual de maní puede ser parte de una estrategia consciente para mejorar la ingesta de nutrientes cruciales y mantener niveles de energía estables a lo largo del día.

La versatilidad del maní en la cocina facilita su inclusión en snacks, platos principales, salsas y postres, lo que permite disfrutar de un alimento saludable sin elevar el costo de la alimentación. Utilizado en su versión natural y sin exceso de sal, el maní ofrece proteínas, grasas saludables y compuestos bioactivos que refuerzan la salud de manera sencilla y accesible para todos los grupos etarios.

Fuente: Infobae

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Salud

Cuáles son los beneficios de incluir avena en el desayuno durante treinta días, según la ciencia

Un simple tazón de avena puede transformar la percepción sobre el desayuno saludable y aportar beneficios concretos a la rutina diaria. Diversos expertos destacan, en revisiones y guías alimentarias, cómo este cereal influye de manera positiva en la saciedad, los hábitos alimenticios y el bienestar general.

Desde una visión basada en la evidencia, la avena aporta cinco gramos de proteína y cuatro gramos de fibra por taza, sumando minerales como fósforo y magnesio. Según reportaron expertos de Prevention, la Harvard T.H. Chan School of Public Health señala que la avena contiene fibra soluble (beta-glucano), la cual se asocia con la reducción del colesterol LDL, la mejoría del control glucémico y la disminución del riesgo cardiovascular.

Según esta institución, incluir avena en el desayuno propicia una mayor sensación de saciedad, lo que reduce la probabilidad de consumir excesivas calorías a lo largo del día y ayuda al control del peso corporal.

Cleveland Clinic subraya que la ingesta regular de avena puede prolongar la saciedad matinal, disminuyendo la necesidad de tentempiés entre comidas y favoreciendo la regulación del apetito y los hábitos digestivos. Además, la fibra presente mejora el tránsito intestinal, aportando una regularidad digestiva que los profesionales consideran fundamental para la salud.

Cambios observados tras la incorporación de avena al desayuno

Las principales instituciones académicas y de salud informan que, tras un periodo en el que se consume avena diariamente en el desayuno, suelen observarse los siguientes efectos:

  • Incremento significativo de la saciedad matinal: gracias a la proteína y la fibra del cereal. Esto permite llegar al almuerzo con menor sensación de hambre frente a desayunos menos nutritivos o altos en azúcares simples.
  • Estabilidad de la energía y la glucemia: durante la mañana, ya que la avena es un carbohidrato complejo que libera energía de manera gradual, ayudando al control del azúcar en sangre y evitando picos y caídas bruscas.
  • Mejora en la regularidad intestinal: la fibra soluble estimula una digestión saludable y puede prevenir episodios de estreñimiento.
  • Facilidad de adaptación y sostenibilidad: la avena se puede preparar de múltiples formas, tanto dulces como saladas, y acepta variedad de ingredientes, lo que facilita su integración a la rutina diaria.
  • Efectos potenciales sobre el metabolismo y el peso corporal: estudios citados por Harvard y Cleveland Clinic asocian el consumo habitual de avena con una menor acumulación de grasa abdominal, mayor control del peso y circunferencia de cintura, y una reducción en los factores de riesgo metabólico.
  • Bienestar general y estructuración de hábitos: incorporar avena al desayuno puede contribuir a un día más ordenado y predecible en cuanto a apetito, energía y hábitos digestivos, elementos que las instituciones consideran clave para un estilo de vida saludable.

Recomendaciones institucionales

Harvard T.H. Chan School of Public Health y Cleveland Clinic recomiendan incorporar la avena como parte fundamental de un desayuno equilibrado, debido a su contenido de fibra soluble, proteínas y minerales esenciales como magnesio y fósforo.

Ambas instituciones subrayan que el consumo habitual de avena, especialmente combinada con lácteos, frutas frescas y frutos secos, favorece una mayor saciedad, ayuda al control del apetito y el peso, mejora la salud digestiva y contribuye a mantener estables los niveles de energía durante la mañana.

Según reportaron expertos de Prevention, el perfil nutricional de la avena ayuda además a reducir el colesterol LDL y controlar los niveles de glucosa en sangre, lo que resulta beneficioso para la salud cardiovascular y metabólica. Su facilidad de preparación y accesibilidad permiten que pueda integrarse diariamente de forma sostenible en cualquier dieta.

Esto es lo que sucede en tu cuerpo si consumes avena todos los días durante 30 días: se observa una mejora notable en la digestión y el tránsito intestinal, una reducción progresiva de los niveles de colesterol LDL, mayor estabilidad de la energía, menos fluctuaciones en la glucemia y un control más efectivo del apetito y el peso corporal.

Además, este hábito puede ayudar a reducir el riesgo cardiovascular, mejorar la composición corporal y establecer una rutina de bienestar sostenida.

Por estos motivos, tanto la Harvard T.H. Chan School of Public Health como la Cleveland Clinic consideran que incluir avena en el desayuno es una estrategia sencilla y eficaz para fortalecer los hábitos alimenticios y cuidar la salud a largo plazo.

Fuente: Infobae

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