Si bien la expectativa de vida en hombres y mujeres ha crecido en un interesante porcentaje en los últimos años, aún sigue siendo deficitaria la forma en la cual ambos sexos le imprimen esa necesidad de “vivir más tiempo”, ya que los hábitos para mejorar la salud todavía no son los habituales ya sea por falta de cuidado personal o por desconocimiento de cómo llevarlo a cabo.

La mala alimentación, bebidas alcohólicas, sobrepeso, poco descanso, cigarrillos, falta de ejercicios físicos, entre otros puntos, terminan siendo aquellos que en cierta manera acortan la vida de las personas, ya que si bien la ciencia ha avanzado en las últimas décadas con tratamientos, medicamentos, terapias, intervenciones quirúrgicas y otros estudios, lo cual permitió que la calidad de vida aumente notablemente, todavía el ser humano no se adaptó al plan de cuidarse como debe ser para vivir muchos años más.

De hecho, antiguamente, cuando se hablaba de expectativa de vida en los hombres y las mujeres, se decía que aquellos que llegaran a los 70 años eran unos bendecidos, por las enfermedades que había décadas atrás y los escasos medicamentos que hacían frente a las mismas, pero hoy todo cambió y el promedio de edad aumentó notablemente, al punto que existen personas de avanzada edad que aún siguen trabajando, producto de estas modernas técnicas que lograron lo que parecía un sueño tiempo atrás.

Palabra autorizada

El doctor Raúl Pastor (M.N. 65104 y jefe de la Unidad Polifenoles, Vino y Salud) tras brindar una cátedra de medicina llevada a cabo en el Hospital de Clínicas junto a otros profesionales, dio el ejemplo publicado por una revista científica extranjera en la cual muestra que mantener al menos cinco hábitos naturales puede aumentar 10 años de longevidad a una persona (retardamiento de los efectos del envejecimiento y disminución del impacto negativo de las enfermedades). “El nuevo estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Harvard TH Escuela Chan de Salud Pública de Estados Unidos, donde se propusieron determinar cuáles son los factores de un estilo de vida saludable que podrían impulsar la longevidad en aquella nación, y los investigadores demostraron que mantener cinco hábitos saludables:

- Comer una dieta saludable

- Hacer ejercicio regularmente de moderado a vigoroso

- Mantener un peso corporal normal, medido por el índice de masa corporal (entre 18.5 – 24.9 kg/ m2)

- Consumo moderado de alcohol hasta 30 gr/día para el hombre (aproximadamente 2 copas de vino) y hasta 15 gr/día para la mujer (aproximadamente 1 copa de vino)

- No fumar (durante la edad adulta se puede agregar más de una década a la esperanza de vida, según este estudio)”, confirmó el profesional por medio de una columna.

Números decisivos

El doctor Pastor agregó que “los investigadores también descubrieron que las mujeres y los hombres que mantuvieron el estilo de vida más saludable, tenían 82% menos probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares y 65% menos probabilidades de morir de cáncer, en comparación con aquellos estilos de vida menos saludables en el transcurso de los 30 años del período del estudio. Los investigadores de Harvard analizaron los datos de 34 años de 78.865 mujeres y los datos de 27 años de 44.354 hombres que participaron en el Estudio de salud de enfermeras y en el Estudio de seguimiento de profesionales de la salud.

Los investigadores observaron cómo estos cinco factores de estilo de vida de bajo riesgo pueden tener un impacto en la mortalidad. Las mujeres que mantuvieron los cinco hábitos saludables ganaron, en promedio, 14 años de vida, y los hombres que lo hicieron ganaron 12 años, en comparación con aquellos que no mantuvieron hábitos saludables. En comparación con aquellos que no siguieron ninguno de los hábitos de vida saludables, aquellos que siguieron los cinco tuvieron un 74% menos de probabilidades de morir durante el estudio.

Los investigadores también encontraron que había una relación dosis-respuesta entre cada comportamiento de estilo de vida saludable individual y un menor riesgo de muerte prematura, y que la combinación de los cinco comportamientos saludables estaba relacionada con la mayoría de los años adicionales de vida.

¿Qué son los polifenoles?

Los polifenoles son una respuesta de los beneficios a la salud y el aumento en la longevidad de las personas, al reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas, por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, así como sus efectos sobre la presión arterial, los lípidos y la resistencia a la insulina.

Compuestos biosintetizados por las plantas (sus frutos, hojas, tallos, raíces, semillas). La principal característica estructural de los polifenoles es poseer uno o más grupos hidroxilo (-OH) unidos a uno o más anillos bencénicos. Ya conocidos por sus propiedades antioxidantes, la mayor parte de los polifenoles exhibe, además, otras actividades biológicas potencialmente muy saludables. Así, en general dan cuenta de la mayor parte de la actividad antioxidante de frutas y verduras, se clasifican en: flavonoides y no-flavonoides.

El estudio epidemiológico Predimed (Prevención con Dieta Mediterránea) es el primero que ha evaluado en el tiempo, la relación entre la ingesta total de polifenoles y subclases de polifenoles con la mortalidad por todas las causas en pacientes con alto riesgo cardiovascular. Se disminuyó un 46% en el riesgo de muerte tras 5 años de seguimiento, en los participantes que consumieron más Estilbenos (Resveratrol), que es un polifenol que se encuentra mayormente en el vino tinto.

Seis clases de alimentos que son antioxidantes

En la dieta diaria se ingieren entre 50 y 800 mg de polifenoles y se cree que superando este último valor, podemos alcanzar un nivel interesante de antioxidantes que ejercen acciónn positiva en el organismo al neutralizar los radicales libres del oxígeno. Entre los alimentos ricos en polifenoles encontramos:

- Legumbres como lentejas, judías, guisantes y soja que poseen polifenoles como lo flavonoides.

- Té y vino tinto que poseen catequizas

- Frutas y verduras de color rojizo y morado como la remolacha y berenjena que poseen quercetina, kanferol y hesperetina como las uvas, fresas, frambuesas, granada y arándanos.

- Tomate, cebolla, ajos y pimientos contienen quercetina y miricetina.

- El trigo sarraceno y otros cereales integrales, así como los frutos secos y semillas contienen ligninas y lignanos, también de naturaleza polifenólica.

- Chocolate, cacao, yerba mate, cerveza y aceite de oliva también nos ofrecen polifenoles antioxidantes de diferentes tipos, entre ellos, taninos, galocatequinas y resveratrol.

Fuente: Crónica